
El ensayista Elwyn Brooks White, coautor de Los elementos del estilo.
Bernardo: ¿Cómo te pareció la charla sobre el ensayo del pasado viernes?
Camilo: Muy buena, pero me da un poco de inseguridad la tarea que nos pidió el maestro. Esa: la de hacer un ensayo de una página…
Bernardo: A mí me aclaró muchas cosas…
Camilo: ¿Cuáles?, si se puede saber…
Bernardo: Por ejemplo, lo de la importancia de la tesis y la variedad de argumentos que uno puede usar al momento de escribir el ensayo.
Camilo: Ah, sí… yo me quedé pensando en si está bien ponerle a los estudiantes de noveno grado hacer un ensayo, cuando, según entendí, lo fundamental es contar con una tesis personal y lograr soportarla con argumentos.
Bernardo: Sí. Esa parece que es la clave de este tipo de textos. De pronto esos alumnos están todavía muy bisoños para enfrentar esa tarea… Aunque el profesor dijo que sí se podían enseñar, en esos grados, las operaciones básicas del pensamiento que son claves cuando se escribe un ensayo…
Camilo: Sí, si… ya me acuerdo… la deducción, la inducción, la analogía…
Bernardo: Yo creo que ese es uno de los problemas gruesos de nuestra educación universitaria. Presuponemos que los muchachos ya tienen desarrollada esas operaciones de pensamiento y, claro, como adolecen de ellas, pues no saben cómo proceder al pedirles un escrito argumentativo…
Camilo: De acuerdo. Yo creo que una didáctica de la escritura merece que los maestros nos tomemos más en serio estos procesos de pensamiento. No podemos seguir creyendo que es un asunto de mera redacción…
Bernardo: Por eso, si no me falla la memoria, el maestro habló de cierta autonomía de pensamiento. De una mayoría de edad que trae consigo la escritura ensayística.
Camilo: Ajá. Pensar por cuenta propia, insistió el maestro varias veces en su charla.
Bernardo: Yo mismo me he autoevaluado y he descubierto que no profundizo en ello en mis clases de español. Supongo muchas cosas y esa puede ser la causa del bajo nivel de los escritos de mis alumnos. Tal vez si enseñara primero, con ejemplos, cómo se hace una deducción o de qué manera realizar una inferencia, sería más fácil para ellos hallar buenos argumentos…
Camilo: Igual he pensado yo… Es urgente que renovemos las operaciones de pensamiento, pero no sólo en el área de español. Yo creo que eso es en todas las asignaturas. Pero volviendo a nuestra tarea, ¿ya sabes qué temas son los que van a servir de motivo para presentar nuestro ensayo?
Bernardo: Sí. Tienen que ver con los dos macroproyectos en curso. Para el grupo que está trabajando en las didácticas de la paz el tema es “la reconciliación”; y para nosotros, que estamos metido en las tipologías textuales, el tema eje es “la didáctica”.
Camilo: ¿Así nada más?
Bernardo: Tengo entendido que ese es el punto de partida. El tema base, como dijo en clase el maestro. Ahora a nosotros nos toca convertir ese tema en tesis. Y argumentar nuestra tesis a lo largo de cuatro párrafos.
Camilo: Ese pedacito no me quedó tan claro…
Bernardo: A ver te refresco la memoria. En el primer párrafo, y esa fue una insistencia del maestro, debe ir de manera explícita la tesis. En el segundo párrafo hay que empezar a usar nuestros argumentos, uno de autoridad. Eso fue la indicación. En el tercer párrafo hay que usar un argumento diferente, bien sea utilizando un ejemplo, una analogía o eligiendo cualquier argumento lógico, como la inducción o la deducción. Y, para cerrar, en el cuarto párrafo deberemos rubricar o reforzar la tesis inicial. Ese último párrafo es como una estocada final de lo que venimos argumentando.
Camilo: Cuatro párrafos, no más…
Bernardo: Sí, señor… En cuatro párrafos debemos redactar el ensayo: en una página debemos plantear una tesis y argumentarla.
Camilo: A primera vista parece fácil la tarea… Sin embargo, lo veo un poquito difícil… Tú que eres tan pilo en español, ¿cómo vas a proceder? Dame algunas pistas para no morir en el intento…
Bernardo: Yo voy a seguir de cerca la ruta que nos dio el maestro. Lo primero que haré es tener presente el famoso plan. Haré, antes de cualquier cosa, un esquemita. Ya sé que son cuatro párrafos y sé también que en el primer párrafo va la tesis. Luego, me toca pensar qué voy a incluir en el segundo y tercer párrafos. En mi esquema, tengo que buscar qué autor o qué libro me va a servir para darle respaldo a mi tesis. Si te acuerdas, en el segundo párrafo hay que utilizar un argumento de autoridad. Ahí, lo mejor, es irme a la biblioteca o ponerme juicioso a indagar en internet… Cuando ya tenga esa cita pues tendré que mirar la manera de apropiarla o incorporarla a mis planteamientos. No es cosa de dejarla suelta. Luego vendrá el tercer párrafo. Ya decidí que voy ya usar una analogía. Por lo mismo, deberé buscar una comparación entre mi tesis y un elemento, objeto o realidad semejante. Además, tengo que desarrollar la analogía para que persuada al lector. No es cosa de solo enunciar la relación sino de desglosarla…
Camilo: Dicho tú que ya tienes las cosas resueltas…
Bernardo: Ni tanto. Eso es lo que he planeado. Estoy en la primera parte de la escritura, según dice el profesor. Ahora me toca ponerme a trabajar en serio con las palabras.
Camilo: ¿Y el cuarto párrafo?
Bernardo: Sé que no debe ser una conclusión. Así que mostraré otras implicaciones de mi tesis o subrayaré algún aspecto fundamental…
Camilo: ¿Y ya encontraste fuentes?, ¿ya conseguiste algún libro para sacar una cita que te sirva de argumento de autoridad?
Bernardo: Ando en ello… Por ahí encontré un texto de Díaz Barriga, creo se llama Pensar la didáctica, y en el libro del maestro, Educar con maestría, hay cosas interesantes.
Camilo: Yo me siento un tanto inseguro. Tú sabes que provengo de un área diferente a las humanidades. Eso le genera a uno mucha inseguridad.
Bernardo: Pero no es para desanimarse. A lo mejor es una buena oportunidad para que descubras talentos ocultos…
Camilo: O para comprobar por qué elegí el mundo de los guarismos y no el arena movediza de las palabras…
Bernardo: Pienso que esta maestría es una excelente oportunidad para aprender cosas diferentes a las que estamos habituados. Un tiempo para explorar y permitirnos fallar…
Camilo: Eso parece fácil decirlo cuando te sientes como pez en el agua….
Bernardo: No creas. Yo nunca había hecho una tarea de estas. En el pregrado me habían puesto a hacer ensayos pero sin explicarme de qué se trataba o de las entretelas de la escritura argumentativa. Y hasta me iba bien, pero nunca descubrí o reconocí qué era escribir un ensayo.
Camilo: A mí me paso igual. No en tantas asignaturas. Pero en las pocas que me pidieron ensayos lo que saqué en conclusión, con las bajas calificaciones obtenidas, era que no servía para escribir.
Bernardo: Esa es una de las fallas notorias de los profesores. Nunca le dicen a uno cuál es su falla o de qué manera puede corregir esas falencias.
Camilo: Ahora que lo pienso, hasta cuando llegué a este posgrado comprendí la importancia de la escritura…
Bernardo: Y lo importante que es la para educación superior. Por eso la tarea del ensayo en una página es un reto interesante. Es como un doble desafío: proponer una tesis personal y encontrar los argumentos idóneos para que el lector quede persuadido.
Camilo: Sabes que me preocupa otra cosa, lo de la puntuación. En eso ando todavía más perdido.
Bernardo: El maestro recomendó leer un libro muy práctico. Ortografía fácil. 99 soluciones para tus dudas ortográficas y de redacción más habituales… Me gustó la invitación que nos hizo el maestro: leer el libro para revisar cuántos de esos 99 errores cometemos, y aprender de paso la forma de corregirlos.
Camilo: Tendré que ir a buscarlo. Pero yo creo que tengo más de 99 errores…
Bernardo: No te desanimes. Lo mejor es coger el toro por los cuernos.
Camilo: Yo apenas soy un aficionado y ese toro parece que me va a cornear. ¿Y cuándo vas a subir al blog tu ensayo?
Bernardo: Según dijo el maestro, pues ya podemos empezar a hacerlo. Aunque yo creo que lo subiré por ahí el próximo viernes. Y mirar a ver qué me contesta.
Camilo: Yo esperaré a ver si la inspiración me llega este fin de semana.
Bernardo: Ponte a esperar la inspiración y te va a coger el tarde… Según entendí, el plazo máximo para subir el ensayo de una página al blog es hasta el próximo lunes por la noche.
Camilo: Gracias por recordármelo y por aumentar mi impaciencia.
Bernardo: Yo sé que al final vas a realizar un buen trabajo. Con esa mente analítica de los matemáticos, seguramente tus argumentos serán muy convincentes.
Camilo: Eso espero. De pronto te llamo el fin de semana para que me ayudes.
Bernardo: No será mucha mi ayuda… Pero en lo que pueda colaborarte, ahí estaré. Aunque eso es cuento. Yo te conozco. Tú terminas dándote las mañas para lograr la meta.
Camilo: No creas. Pero mejor no apagues el celular. De pronto te sorprendo a altas horas de la noche. Tú eres mi línea gratuita de emergencia escritural…