Galería

Aquí, en este espacio, deseo hacer un homenaje a los maestros del arte visual. De igual modo, busco compartir mi iconoteca, hecha de descubrimientos, gustos y reflexiones sobre la imagen.

Gustave Doré

He elegido este primer ilustrador por dos razones: la primera, porque está fuertemente vinculado a mi autobiografía. Los grabados de Doré −eso lo supe después− fueron las láminas que ilustraban la Historia sagrada de San Juan Bosco que leí en mis años de primaria. Esas imágenes se “grabaron” también en mi memoria para siempre. Y luego, cuando fui editor de la revista Trocadero o de otras publicaciones, siempre eché mano de los grabados.

Esa es una primera razón. La segunda, tiene que ver con la relación de los grabados de Doré con mi pasión infinita por la Comedia de Dante. Creo, que los dos gustos se juntaron en una edición maravillosa que hizo Editora Arco en Bogotá, en 1975, y que mis amigos (valga mencionar sus nombres: Rodolfo, Germán, Álvaro y Natalia)  tuvieron la iniciativa de regalarme en mi cumpleaños de 1983. Cada vez pienso que el adjetivo dantesco no corresponde tanto a Dante sino especialmente al punzón de Doré que logró darle plasticidad a aquellos tercetos maravillosos. Otro tanto podríamos decir de las ilustraciones de Doré para La Biblia, El Paraíso perdido, Don Quijote o para los cuentos de Perrault o las fábulas de La Fontaine. Cualquier obra literaria traducida por Doré adquiere un correlato que es tan fascinante como aquello que le sirve de motivo. Creo que en Doré se cumple ese principio de recrear lo que ilustra, o de agregarle a un texto motivo una dimensión que no sólo ayuda a comprenderlo sino que aporta una interpretación personalísima. Doré tiene una manera particular de devolvernos o traducirnos un texto poético, una obra narrativa o un libro sagrado.

Faltaría espacio para compartir algunas de las imágenes que más aprecio de Gustave Doré, pero en este ejercicio de selección voy a quedarme con el grabado que Doré hizo para ilustrar el pasaje bíblico del diluvio. Esta es la imagen:

Lo que me impresiona de esta imagen es cómo Doré plasmó la absoluta desesperación en un doble registro. El de la pareja de seres humanos que desea salvar a sus hijos y ponerlos a salvo, en lo más alto de una roca montañosa,  aún a costa de sus vidas. Ese gesto contrasta con el de una tigresa que, al igual que las personas, busca salvar a su prole. Doré lleva el Diluvio hasta sus límites; no es sólo la humanidad la que está en peligro, también es la especie. El cachorro entre los dientes del animal comparte la misma suerte de los hombres. La mirada de la bestia anuncia la hecatombe. Es inútil cualquier esfuerzo: las olas embravecidas circundan la escena. Bien podría haberse titulado este grabado de Doré: “Salvación imposible”.

12 pensamientos sobre “Galería”

  1. Henry Humberto Cifuentes dijo:

    Es un placer saber de usted. Don Fernando usted me podría dar información del libro de Álvaro Marín: nu vas lecturas curso tercero. Quiero dar ese regalo a mi hija. Cuando niño lo ley y aún recuerdo todos las historias de este libro. Gracias

    • Fernando Vásquez Rodríguez dijo:

      Henry, gracias por tu comentario. El libro es posible que lo encuentres en Librería Merlín, en Bogotá.

  2. Estimado Fernando, buenas tardes.
    Como puedo contactarme con usted por mail. Sería tan amable de indicarme a que dirección de correo puedo escribirle.
    Necesito hacerle una consulta.
    Resido en Argentina.
    Desde ya muchas gracias.
    Atentamente, Mariano

  3. Giselle Flores dijo:

    gracias por tu comentario
    EL TRABAJO DE DORE ES DE PREFERIDOS, SOBRE TODO EN ESCENAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO-

  4. Gladys Morales Estévez dijo:

    Profesor Fernando: Quiero aprovechar y tal vez abusar de su generosidad y hacerle una pregunta con respecto a la escritura. ¿Qué tan ventajoso puede ser, tomar casi dos párrafos de un autor y colocarlos en el texto que se está construyendo? ¿se puede hacer? Gracias. Aprovecharé su generosa respuesta.

    • Gladys, gracias por tu comentario. Supongo que sabes que el número de palabras, según ciertas normas de citación, estipula un número determinado. Lo mejor, cuando se necesita retomar varios párrafos de una fuente, es irlos glosando uno a uno. Recuerda que las voces «ajenas» deben dialogar con tu propia voz.

  5. LUZ DAISSY... dijo:

    Estimado Profesor: gracias por todos los aprendizajes, y los que ahora podré accesar en este hermoso Bloc que ha construido para nosotros. Un abrazo. Luz Daissy

  6. Rodolfo Lopez dijo:

    Querido maestro, a la par de la buena escritura, la música y la pintura son maravillosas bondades del espíritu humano que además de brindarnos un placer estético único nos enseñan la condición humana. Con G. Dore, en particular, Dante y Cervantes son más Dante y Cervantes.
    De otra parte, que sugestivo ejercicio el tuyo de hacer un texto que, como siempre, devela la buena escritura.
    Con la admiración de siempre,
    Rodolfo.

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