Presento a continuación otro grupo de repuestas a las múltiples inquietudes que me formularon los estudiantes de las diversas carreras de la Pontificia Universidad Bolivariana, sede de Montería, a partir de mi conferencia sobre la escritura de ensayos. Confío en que estas contestaciones no solo sirvan a los jóvenes que me escribieron sus preguntas, sino a otros estudiantes que tengan dudas o preguntas semejantes.
¿Cómo puedo hacer que sea atractivo el ensayo al lector? (Isabella Angulo – Psicología).
Además de una cuidadosa elección y organización del discurso, que incluye el buen oído para “escuchar” el ritmo de cada frase, el intencionado uso de la puntuación y la variación semántica, sumado a todo ello, está la originalidad y novedad en la tesis que se plantee al lector y, lo más importante, la agudeza y consistencia en el desarrollo de los argumentos. El ensayo atrapa tanto por su aspecto estético como por el entramado argumentativo que le sirve de soporte. Influyen de igual modo los conectores lógicos que se empleen, pues ellos facilitan que el lector siga el hilo argumentativo y mantenga la atención en el desarrollo de la tesis. Nunca debe olvidarse que los buenos ensayos cumplen a cabalidad las condiciones de los textos persuasivos.
¿Por dónde comenzar si tengo mucha información? (Braulio Manuel Hernández García – Ingeniería mecánica).
Habría que empezar recordando una cosa: no todo lo que se consulta o lee para un ensayo tiene que incluirse al momento de redactarlo. Hay que decantar, sopesar, mirar su pertinencia. Por consiguiente, lo primero es revisar si la información recolectada está en consonancia con la tesis del ensayo; si lo que se recopiló o investigó va por la misma vía de lo que tenemos como médula de nuestro texto. De no ser así, lo recomendable es eliminar esa información o, si nos parece digna de interés para el lector, incluirla en una nota a pie de página. A veces, hacer un mapa de ideas con la información recogida ayuda a descubrir si hay articulaciones con la tesis o si, por el contrario, son datos sueltos o documentación útil para otro tipo de texto.
¿Existen otras normas aparte de las APA que se pueden seguir para escribir un ensayo? (Aníbal José Janna Arrieta – Arquitectura).
Por supuesto que sí. Además de la APA (American Psychological Association), se usan también las normas de presentación de la Universidad de Chicago, las MLA (Modern Language Association), las de ICONTEC (Instituto Colombiano de Normas Técnicas), las Vancouver-NLM (National Library of Medicine) o las normas IEEE (Institute of Electrical and Electronic Engineers). Según sea la elección o normatividad establecida para presentar el ensayo, los sistemas de referencia bibliográfica tienen sus especificidades. Indistintamente el sistema que su utilice, lo importante es que en el ensayo se conserve una unidad de citación a lo largo del texto, sin mezclar diferentes normatividades o desconociendo los protocolos del rigor académico. Hay muy buenos textos al respecto. Uno de ellos es el del comunicador Gustavo Patiño Díaz, titulado Escritura y universidad. Guía para el trabajo académico, publicado por la Universidad del Rosario, en 2013. Este libro vale la pena tenerlo a la mano porque, además de traer consejos sobre “aspectos técnicos de la escritura” (material gráfico, ortotipografía, escritura de cifras), ofrece un repertorio de ejemplos en cada una de estas diferentes normatividades de presentación.
¿Cuántos argumentos debe poseer como mínimo? (Angie Sofía Argumedo Polo – Ingeniería civil). ¿Cuántos argumentos son necesarios para sustentar un ensayo? (Clara Teresa Doria Altamiranda – Psicología).
El mínimo depende de la complejidad de la tesis presentada. Sin embargo, en un miniensayo, yo creo que por lo menos se necesitan tres argumentos. No será suficiente un único argumento ni tampoco serán necesarios una veintena de ellos para lograr el propósito del ensayista. Si los argumentos son los más indicados, si son pertinentes, si tienen la suficiente fuerza de convencimiento, bastarán unos pocos. En todo caso, hay tesis que por su misma temática o por el problema que abordan, demandan una búsqueda selectiva de bastantes argumentos sin los cuales no se lograría el cabal convencimiento del lector. Así mismo, resulta efectivo usar diversos tipos de argumentos, variar las fuentes y apelar a diferentes recursos de la lógica persuasiva como las inferencias, el contraste, la ironía.
¿El título del ensayo puede ser una pregunta? (Gianella Guillin Luna – Psicología). ¿Los títulos pueden ser con signos de admiración? (David Alfonso Pacheco Guazo – Arquitectura).
Sí es posible usar una pregunta como título o ponerlo entre signos de admiración. Lo que hay que evitar, a toda costa, es que el título quede como un descriptor genérico o esté en discordancia con la tesis del ensayo. Yo recomiendo que el título, de una vez, le diga al lector cuál es la apuesta del ensayista, que le focalice la mirada o su campo de interés. Siempre es bueno tener en mente que el título es el primer llamado, el guiño comunicativo inicial que se le hace al lector para que se anime a leer nuestro texto. Los ensayistas más experimentados ponen el título al terminar de redactar el texto, después de releerlo en su totalidad y analizar el cauce de su argumentación. Y siempre lo hacen pensando en interpelar o capturar la atención de un posible receptor.
¿Por qué no podemos escribir párrafos largos? (Santiago Castro Vellojín – Arquitectura).
La extensión de los párrafos depende mucho del material que estemos minando con nuestra argumentación; por momentos tres o cinco líneas pueden llegar a ser suficientes y, en otros casos, se requerirán más de diez. Por regla general, un párrafo se centra en una idea y su desarrollo; o en un argumento con sus respectivas razones. Lo que no es conveniente, ni para la estructura del texto, ni para el lector, es redactar parrafadas en las que todo se acumula o se mezcla sin distinciones o marcadores de coherencia.
¿Cómo puedo variar las palabras para que no sean redundantes a la hora de escribir un ensayo? (Julieth Paola Doria Hernández – Psicología).
Sin lugar a dudas, la riqueza de vocabulario del escritor es muy importante cuando redacta su ensayo. Esto ayuda a darle precisión y variedad a sus ideas. Y para aumentar esa “competencia lexical” no solo hay que leer con asiduidad, sino acostumbrarse o tomar como hábito aumentar el repertorio personal de términos. ¿Qué tal si nos propusiéramos, al menos cada semana, incorporar una o dos palabras nuevas a nuestro archivo lingüístico? Aconsejo, de igual modo, tener a la mano un buen diccionario razonado de sinónimos y antónimos, un diccionario de ideas afines o un diccionario ideológico. Todas estas fuentes, si las tenemos al lado de donde escribimos, nos irán solucionando problemas de precariedad semántica al tiempo que nos ponen en contacto con nuevos términos asociados a las necesidades de redacción que tengamos en ese momento.
¿Es necesario enumerar los argumentos para tener una secuencia? (Nohora María Otero Ruiz – Psicología).
No es necesario enumerar los argumentos, a no ser que por un fin didáctico el docente así lo haya solicitado. Lo frecuente es que los conectores vayan indicando esa secuencia (“para empezar”, “en segunda medida”, desde otra perspectiva”, “para concluir…”). Aprovecho esta pregunta para hacer una aclaración: ciertos ejercicios pedagógicos, con fines argumentativos, no son en realidad ensayos; se trata de “dispositivos de enseñanza” encaminados a que los estudiantes se familiaricen con qué es una tesis, una antítesis, y determinados argumentos, pero este parcelado esquematismo no es igual a la redacción de una tesis personal desarrollada de manera cohesionada y coherente con argumentos, a lo largo de cuatro o cinco párrafos. Dicho de otra manera: una cosa es ejercitar a los estudiantes en técnicas de argumentación y, otra, escribir ensayos.
¿De dónde conseguir fuentes confiables? ¿Cómo me aseguro que lo sean? (Isabella Guerrero Olarte – Comunicación social y periodismo).
Tener a la mano fuentes primarias (el libro o el PDF del original) es más confiable que trabajar con información secundaria (esa que dice algo sobre lo que otro dice, pero sin que el escritor pueda cotejarla o verificarla con el texto original). Por eso, si se acude mayoritariamente a referencias de internet, hay que hacer una “auditoría” constante de dichas fuentes. Muchos lugares de la web retoman algo, pero le cambian la puntuación, omiten líneas, dejan acéfala de procedencia y autoría la referencia, multiplican el efecto del teléfono roto de la información. Los docentes cumplen ahí un papel fundamental, porque son ellos los que indican al inicio qué fuentes son confiables y los que verifican su valía en las producciones escritas de sus estudiantes. El plagio, el abuso de fuentes secundarias, el uso de información falsa, deben ser fallas reprochables y evaluadas negativamente en la escritura de ensayos.
¿Cuál es la manera correcta de empezar un ensayo? (Marcos Guillermo de Jesús Benedetti Ramos – Ingeniería electrónica). ¿Es necesario tener una introducción en todos los ensayos? (Imanol Labiol Assias González – Ingeniería civil).
Subrayo lo dicho en una entrada anterior de este blog: lo aconsejable es empezar planteando la tesis del ensayo. En ciertas ocasiones se hace un párrafo de encuadre, introductorio o de contexto, que sirve para orientar o direccionar lo que viene a continuación. Entre menos digresiones haya, más robusto aparecerá lo que deseamos poner a discusión.
¿Los ensayos siempre deben defender una posición frente a algo? (Mary Paz Domínguez – Psicología).
Sí. Esa postura o posición personal frente a un tema, un problema o una situación es lo que le da identidad al ensayo. Entiendo que “defender” es encontrar los argumentos para lograr persuadir al lector de determinada tesis. En razón de esto, el ensayo es más que un comentario; porque no se trata de lanzar opiniones gratuitas, sino de soportarlas o avalarlas bien sea con la fuerza de la lógica, con los argumentos elegidos o con la coherencia interna del discurso. Las opiniones en el ensayo están soportadas, se ahíncan en evidencias; son más bien juicios razonados.
¿Por qué es necesario que se sigan tantas reglas al momento de la redacción estética de un ensayo? (María Isabel Petro Argel – Psicología).
Las reglas responden a dos funciones que se complementan: la primera, otorgarle a la presentación de este tipo de escritos (igual sucede para el trabajo de grado, o para ciertos informes) una identidad académica o investigativa que los diferencie de otras producciones más informales. Cada tipología textual exige el dominio y organización de los contenidos y atender a determinados aspectos formales. La segunda función, parece apuntar al orden formativo de estas normas: ayudar a organizar la mente, tener referentes compartidos para la comunicación con otros, interiorizar patrones para la producción de saber o de conocimiento. Por lo demás, sin estos criterios o nomas de presentación, sería muy difícil evaluar con relativa objetividad los ensayos.
¿Cómo puedo presentar distintos argumentos para defender mi tesis sin redundar? (Isa carolina Pérez Ceballos – Comunicación social y periodismo).
Arriba decía que hay que buscar variedad en los argumentos. Me refiero a combinar argumentos de autoridad con otros de analogía o con ejemplos. De otro lado, si cada argumento se enfila desde una perspectiva, lo más estratégico es que los siguientes retomen un mirador distinto o se enuncien siguiendo la línea melódica de la variación, lo divergente o la pluralidad. Ese es otro reto para el ensayista: agregar nuevos argumentos que avalen su tesis, pero sin ser repetitivo o aburrir al lector. Por eso es clave documentarse, investigar, profundizar en la temática que sirve de terreno para la contienda argumentativa; además de meditar y gastarle horas a analizar los pros y contra de la tesis que se tiene entre manos.
¿Cómo escribir ensayos usando términos locales, informales, en un texto formal? (Juan Diego Álvarez Peroza – Ingeniería sanitaria y ambiental).
Los términos locales, las palabras más “informales”, si se van a utilizar en el ensayo pueden incluirse entrecomilladas o dando pistas en la misma redacción que permitan captar su significado. Todo dependerá de cómo se desarrollan los argumentos y del juego comunicativo entre las palabras generales y los “términos” locales. Lo que recomiendo es evitarle al lector confusiones o vacíos de significados en las palabras, pues llevarán al malentendido o a la incomprensión. Tampoco es provechoso plagar al ensayo de demasiados localismos o de “lengua de jerga” porque eso desvertebrará el seguimiento a la columna vertebral de la tesis. Si es preciso hacerlo, para eso están las notas a pie de página, tan útiles cuando se desea explicar o precisar el sentido de un término.
¿Escribir ensayos va a seguir siendo útil en 15 años? (Jessica Vásquez Álvarez – Economía).
Mientras consideremos un valor personal y social el aprender a argumentar, seguramente la solicitud de ensayos seguirá siendo útil e importante. En tanto subrayemos la validez persuasiva de las razones sobre el poder irracional de la fuerza, el ensayo estará presente para ejercitar a las nuevas generaciones en el aprendizaje de los consensos y el diálogo con las diferencias. No es cosa secundaria para lograr la convivencia pacífica o detener los fundamentalismos fanáticos de hoy y de mañana, enseñar en las aulas y en los hogares que hay argumentos más sustentados que otros, que hay opiniones demasiado infundadas y muy poco fundamentadas, que la escucha tolerante de las ideas o creencias ajenas es el paso ineludible para que se dé el respeto por la propia voz. Y si lo que deseamos es contrarrestar el odio manipulador de las redes sociales y la información parcializada de los medios masivos de comunicación, la escritura de ensayos es y seguirá siendo un recurso insustituible para fomentar y desarrollar el pensamiento crítico.
Ismael Pérez Acevedp dijo:
Agradecido siempre por sus invaluables aportes al conocimiento, como el uso adecuado de la escritura para argumentar el pensamiento.
Fernando Vásquez Rodríguez dijo:
Ismael, gracias por tu comentario.
Marta Elena dijo:
Mil gracias por tan detallada forma de realizar ensayos.
Fernando Vásquez Rodríguez dijo:
Marta Elena, gracias por tu comentario.