
El escriba y los instrumentos de su oficio. Museo del Louvre, Paris.
I
antes del Verbo fue el Olvido
el caos que los órdenes
los paraísos no se escriben
son los éxodos los que tienen escritura
II
es por el rebaño
por el miedo a la pérdida
como emergen las cifras:
piedras inscritas ‒calculus‒
nudos hechos ‒quipús‒
La herencia del contar es la escritura
III
primero fue la marca, la seña,
la impronta vuelta muesca
el grafo hecho uno con la roca…
primero estuvo el cuerpo
el gesto que precede a la palabra
IV
pintar es colorear los rastros
buscarles una forma,
dejando atrás la garra
o el zarpazo,
pintar es prepararle una piel a la palabra
V
el ojo imita al mundo, busca las cosas,
teje una copia elaborada por la mano
crea filigranas, hunde pliegues,
el ojo y la mano le dan una topografía a la palabra
VI
las cosas y los signos:
equivalencias
las repeticiones infinitas
las series
Las cosas y los signos:
balbuceo de la palabra
VII
el oído cierra los ojos del escriba
los signos escuchan
quieren copiar un ritmo:
lo infinito tiene una medida
El oído condensa la palabra
VIII
la mano es lenta
el pensamiento vuela
abreviar es acercar el tiempo
‒no hay vocales‒
la mano es lenta: hay escrituras
IX
las rectas dicen lo sagrado
las curvas van de la mano del humilde
en la recta, la escritura separa
en la curva, la escritura reúne
X
el poder precedido del agua
crea un río,
la oreja sumada a un dragón
gesta un sordo:
en la escritura china habita la metáfora
XI
de derecha a izquierda
o de izquierda a derecha
‒o como los bueyes: ¡bustrófedon! ‒
hacia abajo o hacia arriba
caminos y veredas: un sendero
Escribir es trazar y transitar un recorrido
XII
ansiedad del afuera
ruptura con todas las placentas
apetito de mundo…
el alfabeto alumbra:
la escritura es nuestro segundo nacimiento
XIII
del dibujo a la idea
de la idea al sonido
del sonido al silencio
Escritura:
irrupción de lo negro
entre espacios en blanco
(De mi libro Ese vuelo de palabras (antología poética), 2011, Bogotá: Kimpres, pp. 153-156).
profejesusolivo dijo:
Querido maestro.
Hoy escribo a partir de uno de los versos que aparecen en esta entrada que me parece curioso: “Escribir es trazar y transitar un recorrido”. Es ser director al mismo tiempo que actor, diría en el plano del teatro o del cine. Es llevar el sello de creador, creando y recorriendo lo creado. Es tarea difícil, por cierto, ser protagonista de nuestro propio trazado de la vida, sobre todo, ahora que la mentalidad se ha vuelto más gaseosa, esa vida que debemos recorrer y que no da tiempo ni espera para esquivarla por nada del mundo.
En tal sentido, de lo bien, mal o regular en el andar de ese camino trazado, depende solo del caminante, cada uno de nosotros. Es decir, de qué tan potente ha sido ese trazado, el plano de nuestra propia construcción. Ahora, luego del diseño, corresponde armar las piezas para ir transitando, con meticulosidad, hasta armar nuestro propio lego de la existencia. Además, el legado que quedará para la historia.
Escribir es, por un lado, una manera de trazar lo que se va a pensar y; Por otro lado, poner en escena nuestro pensamiento, plasmar lo pensado, poner en reflejo lo que hemos pensado: dejar para la historia una huella indeleble de lo pensado.
Un abrazo fraterno.
Fernando Vásquez Rodríguez dijo:
Profejesusolivo, gracias por tu comentario.