
“Muchacha defendiéndose de Eros” de William-Adolphe Bouguereau.
Como la brisa o el viento inesperado
o con sigilo de fiera en fiel acecho,
así llega el amor a nuestro pecho
suave y voraz con su poder callado.
Es una espera tensada como un arco,
una ansiedad total por alcanzar el cielo,
un incendio casual ardiente como el hielo,
un mar llevando a la deriva un barco.
Nadie ha podido asegurar su sino
ni fijar un curso a su luz de cometa;
es un misterio, un lance de adivino,
un alado regalo, una fugaz saeta.
Y a pesar del afán o nuestro desatino,
viene o se va cual mariposa inquieta.
Luis Carlos Villamil Jiménez dijo:
Apreciado Ensayista:
Bello poema..
Un abrazo.
Fernando Vásquez Rodríguez dijo:
Luis Carlos, gracias por tu comentario. Un fuerte abrazo.