Es cierto, Jorge, “una vida no cabe en la memoria”; tan cierto como tu búsqueda de limpieza, el albino clamor, de palabra encarnada, sacrificada y redentora; tan cierto como tu pureza de niño y tu fe de poeta. Es cierto Julio, “la vida es un movimiento hacia arriba con un clic final, y es también un cielo bajo, blanco, envolvente y oliendo a lavanda, en el fondo de un pozo tibio”; tan cierto como tu búsqueda de fantásticas situaciones, de palabras perseguidas vistas de pronto en su espejo, por un recuerdo; tan cierto como tu intento de jugar de nuevo a la rayuela con tus ojos tristes.

Jorge, Julio: afirmación de la vida, asombro de la misma. Un español consciente del recuerdo y proclamando la esperanza; un argentino consciente de la súbita relación entre el tiempo y los espacios, proclamando otros territorios y otras bestias. Jorge, el ancla; Julio, el batiscafo. “Mi ser es mi vivir acumulado”, diría uno; “yo con mis candados y mis llaves de aire, yo, que escribo con humo”, afirmaría el otro.

Jorge Guillén: la vida cotidiana hilada con la fineza de la forma perfecta; Julio Cortázar: la extrañeza de la urdimbre, la forma que se revuelve y al revolverse crea la textura de la vida cotidiana. Guillén: el hombre visto con el ojo de la historia y la voluntad; Cortázar: el hombre visto con catalejos metafísicos y abulia eterna.

Julio Cortázar y Jorge Guillén, ¿que no veréis ahora, que antes sí veíais? Julio, tú no verás las hojas, no verás el recolector de hojas secas, no verás tantas cosas que hay en el aire… ya lo habías escrito, ya lo sabías. Jorge, tú no verás aquellos veranos, aquellos tréboles, como tampoco aquel tren con el sol naciente… y aunque tú no lo querías, la muerte vive en ti, una sola vez y para siempre. Guillén y Cortázar: Jorge y Julio: el verso afirmando la tierra; el cuento y la novela negando las alturas.

Silvia y La Maga visten de luto, en cada una de ellas queda el dolor de la orfandad; nosotros compartimos dicha pena no como una hoja de obituario, sino como el gesto reverencial de despedida hacia dos escrituras amigas.