Apreciado maestro,
Aunque quizá no recuerde mi rostro, seguramente sí se acordará de Vásquez, su alumno de 4 y 5 de primaria, en el Colegio San Gregorio Magno. Yo era, según usted, el mejor dibujante del curso, y el que, para una semana cultural del colegio, dibujó y presentó una exposición sobre los volcanes más importantes del mundo. Tal vez eso le ayude a recordar mi rostro. Mas no es por eso que le escribo esta carta, sino por otra razón.
Pero antes de hablarle de eso, le cuento que después de dejar la institución donde nos conocimos, terminé mi bachillerato en el colegio Carrasquilla. Al año siguiente me presenté a la Universidad Nacional a estudiar diseño gráfico; pero allí me entusiasmé con la política y decidí entrar a estudiar derecho en el Externado de Colombia. Varios años estuve en aquel claustro hasta que la literatura me hizo renunciar a tal carrera. Busqué entonces las aulas de la Javeriana y allí hice también un posgrado en educación. En esa universidad empecé mi labor como docente en la Facultad de Comunicación Social. Como puede ver, ha sido variada mi búsqueda profesional y sinuoso el trasegar por las academias universitarias. Actualmente dirijo un posgrado en educación, asesoro instituciones educativas y me he convertido en un capacitador en temas como la comunicación empresarial y en campos relacionados con la formación de maestros.
Durante toda esa travesía no he dejado de enseñar, y es por ello, precisamente, que he sentido la necesidad de escribirle esta carta. Es que no sé cómo acabar de agradecerle su pasión por enseñar, su dedicación a este oficio. Lo recuerdo de pie, frente a nosotros, hablándonos de temas que aún hoy me resultan interesantes. Tengo en mi memoria su puntualidad, la organización de las actividades, su manera particularísima de calificar y revisar los cuadernos −¿se acuerda que usted usaba una estilográfica de tinta verde? – y ese trato cordial con nosotros que nos hacía sentir importantes para su clase.
Yo creo que me convertí en maestro por su ejemplo. Usted sembró en mí la importancia de esta profesión. Lo recuerdo impecablemente vestido, con una gabardina beige, esperándonos a la entrada del salón con un gesto de acogida y una invitación a entrar cuanto antes al salón del curso. Todas sus clases me gustaban, su forma de propiciar en el aula la discusión, sus regaños cuando alguno de nosotros se burlaba de un compañero por una intervención desafortunada o cuando nos sorprendía en juegos violentos. Tengo en mi memoria aquellas palabras de que “los puños eran las muecas del que no ha aprendido a hablar”, o su consejo que también le escuché a mi padre de que “lo cortés no quita lo valiente”.
De igual forma rememoro la manera como usted explicaba. Yo creo que nadie se quedaba sin entender. Sarmiento, Ayala, Mejía, Baena…, todos salíamos de sus clases convencidos de lo que habíamos escuchado. Además, hacerle sus tareas era algo apasionante. Tal vez sea porque a mí me ha gustado desde pequeñito el estudio. Sin embargo, cada tarea que hacía para usted era una forma de sentirme digno de sus comentarios, de esas pequeñas anotaciones que usted colocaba debajo de la calificación. No sé si usted lo supo, pero entre nosotros nos mostrábamos esas anotaciones, y cada uno se sentía orgulloso de tener en su cuaderno más de uno de esos elogios. Otra cosa que me gustaba mucho, era la última parte de sus clases en las cuales usted pedía sintetizar lo visto o lo que usted llamaba “el momento de la recapitulación”. Esos diez minutos me encantaban y ponían al salón en un frenesí de manos levantadas que rara vez he vuelto a ver.
De otra parte, y eso se lo agradezco de verdad, me entusiasmaba cuando usted me ponía a exponer frente al grupo porque, según me decía, “yo tenía talento para eso”. Me acuerdo, entre otras, de la exposición que hice sobre el ciclo del agua y otra sobre los dioses de la mitología griega. Usted se quedaba de pie, recostado en una de las paredes laterales del salón, mirándome fraternalmente y cuidando que los demás compañeros –especialmente Tibocha– se mantuvieran atentos. Después, como si yo fuera uno de sus colegas, retomaba palabras mías en su exposición. Yo me sentía muy orgulloso. Y aunque eso no tuviera ninguna nota, para mí era suficiente estar al lado suyo sintiéndome un pequeño profesor.
Es una lástima que la vida no nos haya permitido reencontrarnos. Creo que tendríamos muchas cosas sobre qué conversar. Según supe, usted dejó el colegio y se fue a vivir a Neiva. Al menos eso fue lo que me contó Murillo, un compañero con el que coincidencialmente nos encontramos en la pasada Feria del Libro de Bogotá. Él también se acordaba de usted, y de su gabardina color beige. En todo caso, así no nos veamos de nuevo, quiero comunicarle con esta carta todo lo que poco a poco he ido descubriendo que le debo. Su herencia de docente es para mí un legado invaluable.
Y sabe qué, maestro, lo más importante es que usted me mostró, con su alegría, con su pasión por enseñar, que a pesar de los escasos salarios, de las condiciones adversas, esto de educar era un oficio gratificante. Que bien vale la pena asumir esta labor de tallar espíritus, formar personas y contagiar a otros el deseo de aprender y conocer. Usted es un vivo testimonio de la dignidad de esta profesión. Por sus consejos, por su cordialidad, por los retos que me propuso, por el libro que me regaló al final del año, ese libro de tapa dura de El Quijote de la mancha, por todas esas cosas y otras que seguramente siguen creciendo en mí y que más tarde descubriré, quiero decirle muchísimas gracias.
Espero que cada clase que imparta o cada acción de mi trabajo como docente no sean menores al ejemplo que recibí de usted durante esos dos años de primaria.
Con mi aprecio y admiración,
Fernando
Vera dijo:
Buenísimo el post. Saludos.
Fernando Vásquez Rodríguez dijo:
Vera, gracias por tu comentario.
marcela dijo:
Cuando lei esta carta tuve dos sentimientos, por un lado la nostalgia que implicó el buscar en mi propia historia ese profesor que marcó mi vida y mi vocación, y lo encontré en los primitivos recuerdos de infancia y de vida escolar. Ahora que veo con perspectiva su forma de trabajar, me doy cuenta que el valor de su labor se encuentra enmarcado en el amor y entrega en cada momento con sus estudiantes. Por eso mi segundo sentimiento, es de incertidumbre, ya que me pregunto si en algún momento podré ser retratada de la misma forma por mis estudiantes. La carta me interroga y mueve en mi el deseo de ser un referente para los niños con quienes tengo la fortuna de compartir a diario. Muchas gracias por movilizar mi quehacer desde la perspectiva del recuerdo propio y del recuerdo que quisiera que tuvieran los pequeños que van transitando conmigo sus primeros años de escuela.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Marcela, gracias por tu comentario.
Andrés Fernando Monroy González dijo:
Andrés Fernando Monroy González: Carta a la Maestría de La Salle.
13 de febrero de 2015, día en que comenzó mi formación en la Maestría en Educación en la Universidad la Salle, recuerdo el silencio de todos los maestrantes con expectativas por comenzar a estudiar nuevamente, Yo nervioso por la entrevista de aceptación, aunque ya estaba realizando una maestría en otra universidad quería hacer parte de esta universidad (SALLE) me dirigí a la oficina del Doc. Fernando Vásquez Rodríguez Maestro con un amplio conocimiento y un dedicación por la educación de los docentes, luego de la entrevista y una charla educativa decidí continuar mis estudios en la Salle y dejar la otra opción aun lado. Hoy ya culminamos esta primera etapa de exigencia, conocimientos, dificultades y errores. Pero con un gran entusiasmo por continuar en esta extensa pero exitoso posgrado, a mi tutora Daysi Velásquez Aponte le agradezco su exigencia y sus orientaciones en el proyecto de investigación. A mi compañera de mil batallas Lida Castillo le agradezco el acompañamiento, su amistad, dedicación y esfuerzo por continuar esta maestría. Además agradezco a todos los tutores que hacen parte de la Universidad la Salle con grandes valores y conocimientos que nos han guiado en esta trasformación como docentes para cambias los procesos de la enseñanza y aprendizaje, aunque no hago parte de las becas del MEN resalto esta gran gestión por apoyar la formación del docente, a mis compañeros una gran felicitación por seguir en esta lucha para mejorar la calidad educativa y profesional.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Andrés Fernando, gracias por tu comentario.
ROSA EDILMA GUTIERREZ MEDINA dijo:
Doctor Fernando
Hoy quiero darle las gracias, por permitirme estar en este proyecto tan importante para mi institución educativa, así como para mi vida profesional.
Desde el primer día en que me realizo la entrevista demostró ese aprecio, por notros los estudiantes; con mi primer día de clase se empezaron a aclarar muchas dudas, así como también se notó el nivel de exigencia de la universidad, empezamos con el seminario de investigación I el cual se desarrolló durante todo el semestre este nos permitió realizar el anteproyecto.
Durante cada fin de semana había un seminario diferente, empezando por “Docencia y evaluación del aprendizaje” dirigido por la magister Luz Helena Pastrana Armirola, en donde nos permitió aclarar muchas dudas sobre evaluación y ver que la evaluación no es un punto de partida, ni un punto de llegada, es un proceso continuo, es más cualitativo que cuantitativo. También vimos “epistemología e historia de la pedagogía y la docencia” Joseph Agustín Torres; seguidamente el seminario de “electiva de la facultad” que para mi caso tome la electiva en TIC, dirigido por la doctora Daysi Velásquez, que me enseño una cantidad de herramientas para llevar al aula y poder orientar mejor mis clases.
Por eso por su dedicación en querernos enseñarnos a escribir y a leer, con la etopeya, los aforismos, el mini ensayo y con cada uno de sus consejos para hacer cada día mejores maestros. Por todo esto sí puedo decir que eres maestro de maestros
Con aprecio
Rosa Edilma
fernandovasquezrodriguez dijo:
Rosa Edilma, gracias por tu comentario.
Nelsi Romero Huertas dijo:
Estimada compañera,
Se que el semestre terminó y con contratiempos y aprendizajes que sé hemos tenido, sentimos el gozo de culminar un paso en ese camino importante que trazamos, y para mí se hace importante poder expresarte por este medio mi sentir.
Creo que ya conoces a través del tiempo compartido un poco más de mí; aunque hay situaciones que a veces no se expresan debido a la premura del tiempo y el no querer entorpecer un proceso académico con cosas que a mi modo de ver no son relevantes en el contexto de trabajo grupal. Pero hoy que me siento un poco más relajada te confieso que en ocasiones sentí el deseo de abandonar este sueño que emprendí con gran ilusión. Las razones son diferentes emociones que surgen debido al abandono de algunas rutinas familiares y sociales que forman parte de ese mundo que he construido en compañía de seres que amo y aprecio. Te cuento que en aquellos momentos de debilidad fue importante la fuerza que me transmitió mi familia, y mi amiga quienes me alentaron a retomar fuerzas y llenarme de por qué y para qué de mantenerme en pie y continuar trabajando por cualificarme en una profesión que amo y respeto y donde el camino que tracemos hoy puede ser definitivo para despertar la conciencia de tantos compañeros y compañeras que aún necesitan encontrar esos por qué y para qué .
Quiero decirte que me siento bendecida con el grupo de compañeros que encontré. En medio de nuestra diversidad, somos uno solo. La solidaridad, fraternidad y muchos otros valores que me tardaría bastante en referirlos hacen de cada Viernes y fin de semana, días de alegría en el encuentro en torno al compartir de saberes. Lo anterior sumado a la gran calidad de personas y profesionales que la Universidad de La Salle nos ha permitido tener como tutores, hace que cada esfuerzo cobre un valor especial.
En cuanto a los “MAESTROS”, que te puedo decir…del Dr. Vásquez siempre he admirado su sentido del humor y locuacidad, afabilidad, tiene la capacidad de reflejar tantos elementos de una manera tan sencilla que todo se hace posible de mejorar, pero… ¡aquí viene el pero!, me siento intimidada en los escritos, estoy ante un gran escritor a quien le pueden parecer sin sentido, sin embargo, lo intento y valora mis intentos (jajajaja). Del profesor Frank Molano admiré su serenidad y respeto hacia nosotros, las estrategias de trabajo en grupo, las reflexiones a las que nos indujo a cerca de cómo a través de la historia se ha venido desarrollando la labor pedagógica y nuestro papel dentro de esa historia, entre muchas cosas más que ocuparía mucho tiempo en enunciar. En cuanto al Dr. Juan Carlos Rivera; sus rasgos de personalidad, discurso y acciones tan congruentes con el seminario que dirigió “Desarrollo humano”; fue un espacio de sensibilización absoluta, crecimiento personal y profesional. Y la dra. Luz Helena Pastrana, una mujer con una personalidad deslumbrante dueña de un gran conocimiento en cuanto a evaluación, a través del cual de manera natural nos indujo a reflexionar y replantear el sentido de la evaluación en nuestro quehacer. Espero poder volver a compartir con cada uno de ellos en algún momento de esta etapa de cualificación, sus enseñanzas siempre serán de gran valor.
Espero estimada compañera que a partir de esta experiencia de aprendizaje logremos apropiarnos de elementos fundamentales que aporten a la transformación de nuestras prácticas docentes y creemos ambientes de aprendizaje y convivencia favorables para nuestros estudiantes logrando la vinculación de los padres de familia. Sin sonar pretenciosa, ojalá seamos referente para que los compañeros decidan incursionar en proyectos de cualificación con el fin de formar una gran red de maestros amantes de su profesión, viviéndola con verdadera pasión y entrega, teniendo como finalidad trabajar por el empoderamiento de nuestros educandos.
Con Aprecio y respeto
Nelsi.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Nelsi, gracias por tu comentario.
RICARDO GUTIERREZ PEREZ dijo:
CARTA A MI COMPAÑERO DE EQUIPO
Estimado compañero (a) de camino,
Decididamente, después de tan largas trasnochadas y de divagar por los caminos de la convivencia, tema de nuestro proyecto, no queda más que comentarte, que lo que en mínimas tenía como algo seguro, dejo de serlo en el avance de nuestra maestría, y aunque a veces me he desanimado y sentido analfabeta, poco a poco he ido entendiendo; como dice el padre Rolando Calle Jesuita Ecuatoriano, “la mente es moderada por la personalidad del lenguaje”, que imponen los autores que avalados por las ciencias nos interrogan sobre nuestro pensamiento, diestras palabras que cambian nuestra seguridad. Como ya no me siento seguro de nada, acudo al beneficio de la duda, que inclina mi balanza a profundizar por dichos conceptos.
Cambiando de tema y hablando de pedagogía, he visto que es el fuerte de esta universidad y por ello nos insisten en la transformación de nuestras prácticas, que contribuyen al cambio de dichos procesos, con herramientas que nos ayudan a evaluar nuestras prácticas, para que el alumno a través de procesos, llegue a un pensamiento crítico, dándole elementos para un quehacer autónomo y plenamente consciente, capaces de transformar la sociedad en la que vive.
No siendo más, te pido que me ayudes en este camino que es el duro trasegar de quien se empeña en transformar sus prácticas para serle útil a esta sociedad.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Ricardo, gracias por tu comentario.
SONIA O. dijo:
Profesor Fernando: ¡Buenas noches! Sé que tenemos que entregar la carta el jueves pero quisiera que me hiciera el favor de revisar la que escribí para ver si hay algo que pueda mejorar.
Gracias.
CARTA A UN COMPAÑERO DE I SEMESTRE
Estimado Compañero Maestrante,
Bienvenido a este desafío gratificante que rejuvenece la mente y el espíritu. El camino que hoy inicias no es fácil –como todos aquellos que conducen al verdadero éxito-, está lleno de todo tipo de senderos. Si llevas algún tiempo largo sin realizar un estudio de este talle, sentirás angustia, te dejarás abrumar por todo lo que debe hacerse, hasta sentirás desfallecer y entrarás en crisis; pero si tomas un tiempo, inhalas, exhalas con calma, podrás organizarte para responder con todas tus asignaciones –bueno eso si eres un poquito parecido a mí-. Si por el contrario te has mantenido en la onda del estudio, te sentirás –como dicen por ahí- como pez en el agua.
Hoy quiero describirte parte del camino que yo recorrí durante el primer semestre, puede que mi experiencia no enriquezca tus expectativas pero por lo menos servirá para que conozcas lo que yo sentí durante este tiempo que inicialmente creí era largo, pero que hoy cuando miro hacia atrás pareció realmente poco. Cada quince días, los viernes de 6 a 9 p.m teníamos el encuentro en el nivelatorio –compromiso adquirido durante la entrevista con el director de la Maestría-, al comienzo el auditorio estaba colmado de estudiantes y, poco a poco las personas traicionaron su propia palabra al no regresar, sin embargo, quienes siempre estuvimos fuimos los que obtuvimos beneficios y ventajas por lo que aprendimos; todavía cuando estoy por ahí en casa o en el trabajo pienso en aforismos de diferentes temas y en analogías que se puedan hacer del maestro, además recuerdo las palabras y gestos propios del profesor Fernando que hacían de esas tres horas algo realmente agradable, y dulce porque siempre llevaba a cada una de las sesiones chocolatinas, colombinas, en fin confites.
Los seminarios contaron con diversos profesores con distintas maneras de ser y ejecutar las clases, sin embargo en común tuvieron la lectura de textos acertados, la realización de escritos, el trabajo en grupo y la participación a partir de estas actividades. El Seminario de Investigación me generó expectativa al pensar cuáles serían los trabajos a realizar y qué tutores iba a tener, afortunadamente el proyecto se estableció dentro de un Macroproyecto muy interesante: Formación humanista, y tuve la dicha de tener a dos personas muy especiales que brindaron su experiencia para el planteamiento de cada uno de los proyectos, realizando las tutorías correspondientes, manteniendo una constante comunicación, sugiriendo literatura y lo más importante aclarando con calma y firmeza cada una de nuestras inquietudes.
Considero que ser estudiante de Maestría es algo exigente que “abre” tu mente y tu intelecto a otro mundo, pero que te permite dimensionar otros aspectos que son muy importantes en tu quehacer docente, nunca ha sido fácil escalar una montaña y si uno quiere puede bajar al poco tiempo de haber iniciado el ascenso, pero también puede continuar adelante sin mirar hacia abajo y cuando menos piense estará dejando que el viento de la cima acaricie su rostro y podrá abrazar el calor del sol recibiendo de él la máxima energía con lo más importante el corazón latiendo a mil por minuto, con la adrenalina en todo su esplendor porque con orgullo podemos decir: lo he logrado.
Quiero decirte que espero que tú y yo lleguemos hasta el final del camino con muchas anécdotas para contar a otros y con el corazón y la mete llenos de gozo porque nos cumplimos a nosotros mismos culminando tan importante cometido.
Con sinceridad,
Sonia Yanneth Olaya Vega.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Sonia Yanneth, gracias por tu comentario.El tono de la carta me parece el indicado. Te recuerdo que el objetivo de la carta (lo has logrado en parte) es compartirle a un futuro maestrante la experiencia de aprender a escribir y de qué es eso de la escritura. Por supuesto, desde tu experiencia. ¿Talle o talla?
adricortazariana dijo:
La escritura que es “visceral” logra sacudir el espíritu. Cuanto me recordó ésta carta a mi profesora Silvia de segundo de primaria. Bella mujer que despertó en mí el deseo por educar, cuando me mandaba a ayudar a la profe de preescolar a cuidar los niños. Esos profes que marcan la vida de manera positiva, se quedan en el corazón para siempre, aquellos quienes supieron reconocer lo mejor de nosotros y cultivarlo. A mi profe tuve la oportunidad de volverla a ver cuando estaba terminando el bachillerato, y me quedé una tarde a ayudarle a colocar las tareas. Todavía se acordaba de mí, y con su acento paisa y su bata blanca, me evocó aquella época de mi vida en que era la mas feliz aprendiéndome todo lo que ella nos enseñaba. Que hermoso sería que tu profesor llegara a leer ésta carta….Gracias!!!
fernandovasquezrodriguez dijo:
Adricortazariana, gracias por tu comentario. Existen maestros que por diferentes razones tocaron nuestro corazón o despertaron talentos hasta ahora desconocidos en nosotros. Por esos maestros tuvimos un nuevo nacimiento o, mejor, a partir de ellos renacimos a identidades inexploradas.
Bibiana dijo:
En el camino nos encontramos con diversidad de personas que se convierten en amigos, compañeros … pero solo cuando la vida del otro se convierte en un espejo en el que me puedo reflejar, puedo guardar en la memoria los momentos que de alguna manera hoy forman parte de mi propia historia. Es una carta muy profunda y sobre todo encierra la gratitud y el recuerdo de una experiencia que marco la vida en sus primeros años. Su testimonio me motiva a compartir las huellas de quienes formaron parte de mi motivacion a la educación. Gracias
fernandovasquezrodriguez dijo:
Bibiana, gracias por tu comentario. Me llena de alegría saber que las huellas de mi maestro te motivan a compartir las huellas de los tuyos. Ese testimonio es fundamental para persistir en la dignificación de la profesión docente.
María Mónica Montaño López dijo:
Fernando me encantó el cariño y admiración que expresas a tu maestro que bueno poder provocar esos sentimientos aún pasado el tiempo.
También me llamó la atención lo que cuentas frente a tus opciones profesionales, me gustaría conocer tu opinión actual sobre las decisiones vocacionales ya que en la universidad encontramos gran cantidad de estudiantes ,con muchos interese y sin saber si continuar o seguir explorando.
fernandovasquezrodriguez dijo:
María Mónica, gracias por tu comentario. En relación con tu pregunta sobre las decisiones vocacionales pienso que hoy tenemos diversos factores que han vuelto más complicada esa determinación. Bien porque nuestros estudiantes llegan demasiado jóvenes a las universidades, o porque a veces la elección de la carrera no ha estado lo suficientemente evaluada, o porque la presión de los padres de familia para que su hijo empiece una carrera universitaria conduce a buscar en donde sea y como sea un cupo. Todo eso contribuye a que el estudiante no escuche y explore en verdad sus talentos, sus intereses genuinos, sus aspiraciones académicas. De otra parte, no siempre lo que ha primera vista parece una buena elección, es lo que en verdad mueve nuestro corazón. Por eso la vocación se va descubriendo; es un camino en el que caben las renuncias, las búsquedas, los experimentos. Y si tratamos con jóvenes, las universidades necesitan contar con asesores que ayuden a desentrañar esa vocación, y los padres de familia tienen que ampliar sus límites de comprensión para no “obligar” a sus hijos a terminar una carrera por la que sienten apatía y desinterés.
Carolina Franco Vargas dijo:
Profe Fer, que bonita carta, es inevitable que salgan lágrimas de mis ojos. Parte de lo que soy hoy se la debo a maestros que como el tuyo, me enseñaron a amar la educación. Te puedo pedir el favor de poderla compartir con un grupo de docentes, los acompaño como tutora y me gustaría reflexionar sobre nuestro valor como educadores. Gracias!
fernandovasquezrodriguez dijo:
Carolina, gracias por tu comentario. Cuenta con mi autorización para que compartas esa carta con el grupo de docentes que me mencionas.
Edna Chavarría Gutiérrez dijo:
Sin lugar a dudas, su carta profesor Fernando, impregna el espíritu de alegría, gracias por compartir esos recuerdos tan bonitos que guardan de su maestro y por permitirnos pasear un poco, por la dinámica que proponía su maestro en aquel salón de clases, que usted hábilmente nos describe. Yo no tengo, esos recuerdos tan marcados de mis maestros de primaria – muy seguramente son los que marcan una etapa fundamental de la vida de una persona-.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Edna, gracias por tu comentario.
Jorge Alejandro Bonilla rojas dijo:
profe, gracias por ese escrito tan conmovedor. creo que todos debemos a otros profesores tan significativos, nuestra decisión de ser docentes. sin duda, queremos inspirar a otros, y quisiéramos que nos recordaran de forma muy especial. creo que personas así, son una inspiración y a la vez un reto. porque todos dejamos alguna huella en nuestros estudiantes, lo difícil es saber que tipo de huella. por eso hay que dar lo mejor de si mismo todos los días.
Trataré de poner en practica las palabras de su profe “los puños eran las muecas del que no ha aprendido a hablar” dicen mucho.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Jorge Alejandro, gracias por tu comentario. Ese interrogante que planteas, el de no saber qué tipo de huella dejamos en nuestros alumnos, debe mantenernos alertas y cuidadosos de cada uno de nuestros actos.
Soraida Guzmán dijo:
Definitivamente la vocación es lo más importante en esta profesión. La verdad me gustaría que mis estudiantes me recordaran como ese recuerdo vivo que tiene usted hacia su maestro de primaria. Cada día el amor hacia el otro (al que formo) debe trascender para llegar a ser maestro.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Soraida, gracias por tu comentario. La vocación es el fuego interior que da esperanza a los desalentadores problemas de la profesión.
Martha Liliana Linares dijo:
Un halo de nostalgia me embarga después de leer su carta… espero de corazón que su maestro pueda leerla y con ello regocije su alma por lo que ha hecho de usted, yo, en su lugar podría viajar al “otro lado” en paz convencida que mi paso por éste mundo fue tan cautivante y por supuesto que dejo huella… No se porque me trae a la memoria al maestro Torres en la época colonial con sus urgencias lloradas, tal vez porque las luchas de algunos maestros en Colombia traen su recompensa mucho tiempo después, en las memorias gratas de sus estudiantes y porque no, en las paginas de la historia, donde seguramente u.d estará.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Martha Liliana, gracias por tu comentario.
Carolina Sánchez López dijo:
Es inevitable dibujar una sonrisa en el rostro al leer las palabras de agradecimiento que tienes para el profesor que te inspiró a ser quien eres. Una vez más confirmo que el abrazo, la mirada y las palabras fraternas, el ejemplo y el reconocimiento del otro, son los útiles de un buen maestro. Te convertiste en un muy buen aprendiz, así como otros que, marcados por experiencias negativas, sólo son una réplica de aquel que llegaron a odiar en su momento. Aún hay conmigo quienes decidimos encaminarnos en la enseñanza para transformar aquello que nos hizo daño, con lo que no estabamos de acuedo y con las cosas que nunca pudimos decir.
Gracias a los que fueron un ejemplo, y gracias también a los que hicieron que nuestras experiencias tuvieran un toque de desazón; gracias a ellos aprendimos lo que no se debe hacer.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Carolina, gracias por tu comentario.
Carmenza Bernal Soriano dijo:
Al leer esta hermosa carta, me trae recuerdos agradables de mis profesores de primaria, ya que dejaron una inmensa huella en mi vida, por ello merecen ser recordados, reconocidos con mucho cariño-
“El maestro de hoy como el de ayer siempre nos ha impulsado a ser mejores personas, por eso estarán y siguen presentes en nosotros mismos”.
GRACIAS MAESTRO
fernandovasquezrodriguez dijo:
Carmenza, gracias por tu comentario. Tanto los maestros como los alumnos aspiran a ser reconocidos. Lo que varía es el tiempo de tal acto.
Jhon Jairo Gonz{a dijo:
No debemos ser ingratos con estas personas que han brindado su sabiduría para esculpir espíritus y potenciar habilidades. Cada docente guía a su manera, sin embargo, algunos tienen el don de guiar con sutileza, buscando lo mejor de cada quien para ser su ángel y dar posibilidad de encontrar la felicidad.
fernandovasquezrodriguez dijo:
John Jairo, gracias por tu comentario. De acuerdo contigo: lo más difícil de enseñar es hacerlo con sutileza…
MARÍA ALEJANDRA CERÓN ACHICANOY dijo:
Al leer esta carta que con su corazón ha escrito me motiva mas alcanzar mi sueño de llegar a ser maestra, porque reafirma lo que he conocido de usted a través de sus escritos, reflejando ese amor tan grande por enseñar y aprender de otros, fortalece ese espíritu ambicioso de querer cambiar el mundo a través de las palabras, que muchas veces son mudas cuando nadie las grita desde su propio ser, por eso con cariño quiero compartir este pequeño poema que tengo desde que soñé con ser maestra.
es difícil pensar en que el mundo se queda sordo y ciego
ante el hecho de no danzar con el maravilloso mundo del conocimiento
y a pesar de existir herramientas tecnológicas para trasmitirlo
no es suficiente para hacer sentir al mundo ese sentimiento
por eso es necesario un maestro
que haga sentir con su corazón el saber
que con su voz oriente la melodía de enseñar
que con su mirar oriente el reflejo de aprender
y que con su presencia se sienta un mundo nuevo
en donde el palpitar de un maestro
nos motive amar lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos… por alejita ceron
fernandovasquezrodriguez dijo:
María Alejandra, gracias por tu comentario y por tu poema. Confío en que esa motivación “de llegar a ser maestra” permanezca a lo largo de tus dos años de posgrado. Y que permanezca como una consigna a lo largo de tu vida.
Sergio Galeano dijo:
Que buenas palabras para aquellos maestros que sembraron en nosotros desde muy pequeños, la semilla de la educación. Adelante profesor con su vocación.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Sergio, gracias por tu comentario. Entre más años pasan, mejor se delinea el cuadro que mis maestros trataban de mostrarme o que afanosamente querían hacerme ver. Sus enseñanzas son como un fresco que va revelándose con el pasar del tiempo.
DIANA MARCELA AUX dijo:
Al leer esta carta evoco mi infancia, al mismo tiempo recorren en mi mente algunas experiencias vividas en la escuela como maestra, es grato cuando un estudiante reconoce tu labor y así sea a través de un dibujo te dice gracias.
Recodé a mis maestros que de alguna manera guiaron mi destino hacia la docencia, me involucraron en sus enseñanzas y me hicieron sentir que ser docente vale la pena.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Diana Marcela, gracias por tu comentario. Al recordar a nuestros mejores maestros subrayamos, por supuesto, a una persona individual pero también a la dignidad de una profesión.
Katerine Infante dijo:
En nuestra vida escolar siempre nos hemos encontrado con profesores que deja huella en nosotros, algunas buenas y otras malas, en mi caso han sido más las experiencias positivas y creo que eso determinó que me dedicara a la docencia; educar es un reto y muy pocos son capaces de afrontarlo con dignidad.
“Un profesor es el que te enseña, un maestro es del que aprendes” Anónimo
fernandovasquezrodriguez dijo:
Katerine, gracias por tu comentario.
Lizeth Hernández dijo:
En nuestro que hacer pedagógico vamos marcando la vida de nuestros estudiantes, algunos con cosas buenas para otros con cosas malas, pero siempre dejando una huella algo que siempre nos identificara el carisma y la dedicación para impartir nuestras clases.
Es por esta razón que le dejo esta cita, para que veamos que clase de profesor somos y como queremos ser recordados.
El profesor mediocre dice. El profesor bueno explica. El profesor superior demuestra. El profesor excelente inspira. -William A. Ward
fernandovasquezrodriguez dijo:
Lizeth, gracias por tu comentario. Las huellas dejadas por el maestro hallan su sentido dependiendo de la pericia o experiencia del alumno. Hay indicios que requieren cazadores perspicaces.
Óscar Andrés Rojas dijo:
Me parece importante que en nuestra memoria estén presentes situaciones, pero más que esas situaciones, el nombre y rostros de personas que dedicaron sus jornadas laborales y sus mentes a pensar en cómo lograr que fuéramos personas de bien, que aprendieran “lo necesario y lo importante”, para que nuestras vidas tuvieran un buen rumbo y un futuro exitoso.
No es de negar, que al leer el escrito a nuestra mente algunas escenas y situaciones volvieran a recrearse, que importante, entonces, aprender a decir gracias y mejor aún, explicar a nuestros estudiantes de hoy, el valor de una “gracias”, no porque lo necesitemos como recompensa, si no más, por el sentido profundo de reconocer y dejar en la memoria no situaciones de vida, sino el rostro que hace que nuestra labor tenga sentido.
A todos los que hemos sido estudiantes, un momento de gratitud en silencio, por cada maestro que caminó a nuestro lado, ya que gracias al bueno, al fuerte, el que nos llamaba la atención, el de los trabajos exigente, al que no le entendíamos nada… a todos ellos, porque hoy somos, gracias a su actuar. y desde ahora, gracias, a quienes nos acompañan en el mejoramiento como docentes, porque dan de sus vida para el perfeccionamiento de la nuestra.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Oscar Andrés, gracias por tu comentario. Me gusta esa idea de “gratitud en silencio, por cada maestro que caminó a nuestro lado”. Cada uno de esos educadores, con sus particularidades, sus bondades y sus imperfecciones, buscaba cualificar o mejorar algo en nosotros. Y así no les digamos oralmente nuestro agradecimiento, sabemos que por ellos somos algo más de lo que éramos.
Ingrid Rivas dijo:
Excelente el escrito me encanta eso de dejar huella en los demas con mi ejemplo, espero que cada día que llego a buscar el conocimiento con mis alumnos está dejando un poco de mi en ellos para que en el futuro sean felices con lo que hacen asi como yo lo soy!!!
fernandovasquezrodriguez dijo:
Ingrid, gracias por tu comentario.
Maryouri Castillo Moreno dijo:
Muchas gracias por este relato, un texto que me revelo a ese maestro que cambio y modifico mi mundo, me llevo a recordar lo que me hizo ser docente.
Gracias por mostrarnos que debemos expresar esa gratitud a estas personas asi esten presentes o no, lo importante es ver que tanto de su experiencia y la conviviencia tenemos presente en la práctica diaria.
<3 🙂
fernandovasquezrodriguez dijo:
Maryouri, gracias por tu comentario. Así como tienes presente a ese maestro que “modificó tu mundo” es importante estar atentos a que tus actuaciones o palabras de hoy serán punto de referencia para algunos de tus alumnos.
Diana Catalina Rozo Santana dijo:
Me puso en retrospectiva querido profesor…. recordar a mis profesores de primaria fue algo realmente gratificante, porque si bien lo pienso, el colegio fue la mejor etapa de mi vida, a diferencia de muchos otros que lo encontraron en la universidad. De igual forma desearía expresar mis más sinceros agradecimientos a muchos profesores, porque considero que a parte de mis padres, ellos han formado el ser humano que hoy en día soy.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Diana Catalina, gracias por tu comentario. Eso bastaría: ofrecerle un gesto de agradecimiento, de pronto una llamada, quizá una pequeña nota. Cualquier acto de gratitud de sus estudiantes es suficiente para un maestro.
Ana Lucía Ortiz Velandia dijo:
Ha sido un verdado placer leer esta linda narrativa expresando gratitud y resultados de lo que un buen maestro forjó en una persona tan talentosa como usted. Ella me confirmó que mi pasión por la docencia va más allá de lo conocimientos impartidos, pues realmente lo que queda es lo sembrado para la vida. Recordé con alegría a aquellos docentes que de una u otra forma dejaron huella en mí.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Ana Lucía, gracias por tu comentario. Sí, lo más importante es no perder la pasión por enseñar. Esa pasión es la que en verdad permanece en el corazón de nuestros estudiantes.
Ángel Pájaro dijo:
Maestro, recién empiezo a conocerlo, gracias a mi profesor de Proyecto de Investigación, la verdad es que usted me parece un ser Integral del que se puede aprender muchísimo para ser un Excelente docente. Al leer esta carta me identifiqué mucho con su contenido, por alguna experiencia similar en mis años como estudiante de primaria y hoy como universitario. Recientemente iniciamos con el diario y leímos un articulo suyo en donde nos muestra diferentes opciones para llevar los registros de la investigación y bueno mis primeros escritos estuvieron dedicados a este profesor, en una carta, que ha despertado en mi esa pasión por esta maravillosa labor de enseñar. Hoy en la mañana mi comentario hacia él fue que veía mucho de usted en su manera de manejar grupo y en su metodología y para mi sorpresa resultó ser alumno suyo. Sigo aprendiendo de ambos y agradezco este espacio que me brinda hoy para poder expresar estas palabras. Gracias.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Angel, gracias por tu comentario. Qué grato saber que la pasión con que uno asume la docencia puede encender la llama en otro entusiasta maestro. Así parece ser como se propaga este quehacer de mediar la tradición con el porvenir.
LEONARDO AGUILAR dijo:
AYER EN EL ENECUENTRO DE LA UCB EN BOGOTÁ, UNA PROFESORA COMPARTIÓ UNA PARTE DE ESTA CARTA CON TAL PASIÓN, QUE TOMÉ NOTA PARA LEERLA COMPLETAMENTE. SIMPLEMENTE GRACIAS POR ESA INSPIRACIÓN Y POR PERMITIRME SOÑAR UNA VEZ MÁS QUE SÍ SE PUEDE TENER VOCACIÓN AL EDUCAR, TRATANDO DE HACER UN MEJOR LUGAR PARA VIVIR. FELICITACIONES MAESTRO, Y MIL FELICITACIONES PARA AQUEL SER QUE EN CUARTO Y QUINTO PRENDIÓ EN TÍ ESA VOCACIÓN.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Leonardo, gracias por tu comentario. Me anima saber que mi texto te ha permitido renovar tus sueños como maestro. Y más, en estos tiempos, en donde nos es imprescindible defender un mejor lugar para vivir.
H. Daniel dijo:
Seguramente en no mucho tiempo, recibiras cartas de los estudiantes que en Utopia, muy animados iniciamos esta realidad que es la de convertirnos en magíster. Muchas gracias por todas tus enseñanzas y buenas entradas definitivamente se es…. lo que se escribe !!!
fernandovasquezrodriguez dijo:
Daniel, gracias por tu comentario. El maestro aspira, con su actos y sus palabras,dejar alguna impronta en sus estudiantes; esa es su meta y su ilusión. La escritura también puede ser un troquel para cumplir dicho cometido.
María Paulina Venegas Bernal. dijo:
Mi querido Maestro, qué grato leer esta carta a su profesor y qué orgullo debe ser recibir de los estudiantes un escrito como este. Gracias por contagiarnos ese amor vocacional por la enseñanza. Dios le siga bendiciendo su gran talento.
fernandovasquezrodriguez dijo:
María Paulina, gracias por tu comentario. Ojalá buena parte de lo que escribo pueda contagiar a otros maestros de la importancia y el valor social de este oficio. Y, especialmente, sirva para devolverle su dignidad.
Lucía Páez García dijo:
Gracias, porque creo que ya leida mi carta a mi maestra, entenderás lo que la escritura es y fue en mi vida y como pueden hacer que nos enamoremos o desenamoremos de ella. Mas allá de darnos elementos para aprender a redactar nuestro futuro macroproyecto,nos estás haciendo revivir nuestra memoria emocional. Gracias Maestro y porque no, cuando haga un doctorado y posiblemente necesite evocar un gran maestro le dedidque la próxima carta a usted.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Lucía, gracias por tu comentario. Me identifico contigo en que el Nivelatorio sirva también para “revivir la memoria emocional”. Entre otras cosas, porque lo emocional posibilita que lo intelectual tenga suelo propicio para dar sus mejores frutos.
Diana Alexandra Ariza Vanegas dijo:
al leer esta carta evoque tantos momentos llenos de sentimientos en mi paso por el colegio, y en el corazón encontré a mis maestros: Margarita, Gloria,Carlos, Clarita quien con amor fueron dejando huella en lo que soy ahora, Gracias por ese escrito tan significativo que nos llevo a nuestra niñez, valorando cada cosa que haciamos e invitandonos a pensar a conciencia que pretendemos en nuestra tarea de educar…;)
fernandovasquezrodriguez dijo:
Diana Alexandra, gracias por tu comentario.
Elizabeth Iguaran dijo:
Maestro, definitivamente es muy sentida la carta. Es impresionante como la escritura llega a tocar las fibras de nuestro ser. Imposible mientras leo tu carta no pensar en mis padres, imposible después de leída no hacer el intento por homenajearlos en vida. Lo haré inmediatamente.
Bendiciones
fernandovasquezrodriguez dijo:
Elizabeth, gracias por tu comentario. Sí. Bien vale la pena hacer esos homenajes, especialmente cuando todavía tenemos la fortuna de tenerlos vivos. Y la escritura puede servirte de aliada para este propósito.
Diana Marcela Méndez Gómez dijo:
Estoy muy contenta maestro y hoy quiero compartir mi alegría y mi felicidad contigo, el lunes fui notificada de que un ensayo que escribí el año pasado fue publicado en la revista virtual de la normal superior Maria Montessori del distrito capital, el cual titule: Ser Docente un ejercicio de profesionalización…gracias por recordarme que a escribir se aprende escribiendo…y por recordarme lo que me enseño mi maestra de primaria, que los sueños se construyen cada día.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Diana Marcela, gracias por tu comentario. Me sumo a tu felicidad. Siempre sigue produciéndonos alegría el ver cómo la apiración privada de la escritura se convierte en realidad al ser publicada y entregada a los lectores. Felicitaciones.
marleny_carazo@yahoo.com dijo:
Tan bonito, ojalá tuviera un exalumno así de lindo. Gracias
Enviado desde un dispositivo BlackBerry® de Tigo
fernandovasquezrodriguez dijo:
Marleny, gracias por tu comentario. Uno nunca sabe,como maestro, qué palabras, qué gestos, son los que van a terminar siendo guardados por nuestros estudiantes. Por eso nuestra profesión en un arte del cuidado.
Gabriel Leyton dijo:
Empecé a escribir mi tarea 15 minutos después de haber leído “Carta para Custodio IV”, pensando en el profesor merecedor de mi tan guardada inspiración, pero nunca llego tal nombre, no porque no hubiese tenido profesores inolvidables, sino porque leer su escrito Fernando, me hizo pensar, en el número de cartas que yo le he escrito a mi madre, creo que esta fue una oportunidad de resarcir un poco las palabras no escritas en mucho tiempo.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Gabriel, gracias por tu comentario. Qué bueno que hayas podido resarcir esas palabras no dichas durante mucho tiempo con tu madre. No siempre la escritura del silencio tiene adecuados intérpretes. A veces los seres que amamos quedan sin saber cuáles eran nuestros sentimientos por ellos, cuáles nuestras respuestas a sus llamados de la sangre.
Lady Perea dijo:
Este es uno de esos escritos que toca el alma, refresca los recuerdos, mueve el corazón y permite que nos demos cuenta de cuan importante es nuestro papel como docentes… siempre dejamos huella y solo de nosotros depende si esta es buena o de esas que muchos a veces no quisieramos recordar. Gracias por compartirlo, en clase hizo llorar a más de uno… no solo por la belleza del escrito, también por su interpretación. Algo así me sucedió cuando la escribí.
Diana Alexandra Ariza Vanegas dijo:
agradezco a Dios por ponerte en mi camino, aunque han sido pocas las clases he aprendido mucho de ti, me entusiasma el ejercicio de escribir y te cuento que no es fácil…pero ahi vamos, con el corazón el poder hacer este ejercicio escritural desde las emociones, Motiva de verdad….gracias 😉
fernandovasquezrodriguez dijo:
Diana Alexandra, gracias por tu comentario. Manten firme el entusiasmo. Uno nunca sabe, cuando empieza una tarea, lo que puede encontrar o descubrir de sí mismo.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Lady, gracias por tu comentario.