Una vez más la idea de mediación se convierte en motivo para definir el trabajo del educador. La mediación como puente, como paso de un estadio a otro. La mediación como un ejercicio de permanente reinterpretación del pasado (he ahí la importancia de la hermenéutica) y, a la vez, como una tarea propiciadora hacia lo nuevo, hacia lo desconocido (campo para las poéticas y las retóricas). En ese oscilar de péndulo entre la tradición y la novedad, el oficio del educador halla su eje. Su valor.
De una parte el educador pone en contacto el presente con el pasado: teje o elabora redes de intercomunicación. Es un pasado recobrado, al estilo de Proust; un pasado seleccionado, elegido, reconstruido. No es el pasado muerto. Todo lo contrario. Es un pasado reescrito y reencontrado a partir de los nuevos indicios que da el presente. Entonces, el educador hace que la tradición perviva; propicia el encuentro; abona el diálogo. Y el tiempo del educando logra algún tipo de sintonía con esos otros tiempos del pasado. Los apropia (recordemos que esta apropiación es individual, particular). En esa labor de poner en relación (tiempos y lenguajes, sensibilidades y saberes) el educador subraya la información.
Pero de otro sector, el educador propicia también una relación del presente con el futuro. Con lo posible. Claro, al ser el hombre un proyecto, algo inconcluso, algo sin terminar; al ser el hombre siempre un devenir, el educador busca formar al educando, pero no como un objetivo académico, sino como una conquista personal. Ahora el educando debe reencontrarse. Es él y no el pasado. Es la ganancia de la conciencia sobre la especie. Tal propósito corresponde al sentido último de la educación, a esa tarea revolucionaria, de cambio, de “desarrollo humano”: reinterpretar el presente para delinear el futuro. En esa labor de poner en relación el presente con el futuro (lo inmediato con la mediatez, lo histórico con lo posible) el educador subraya la formación.
Cabe decir que al poner en diálogo información y formación se generan encuentros y confrontaciones. Es innegable que una educación de calidad debe ser capaz de producir “epifanías”, generar revelaciones, potenciar descubrimientos. Entrar en un proceso de educación es una continua tarea de reconocimiento. Y, al igual que en la tragedia griega, esa agnición produce “choques”, “desestabilidades”, “asombros”. De allí el papel fundamental de la aventura en un proyecto educativo; de allí la validez de la creatividad como herramienta estratégica. Es casi seguro que una tarea educativa de calidad, busque poner al educando en permanente encuentro y confrontación. Ponerlo en la zona de los enigmas a dialogar con la Esfinge. Porque sólo gracias a lo otro, a lo diverso o lo distinto, es como vamos constituyéndonos como identidad.
Por supuesto en ese espacio de encuentro, de diálogo, lo que el maestro busca desarrollar es lo virtual del ser humano. Sus posibilidades. La teleología profunda de la educación tiene como horizonte al hombre en plenitud, al hombre como constructor y producto de la cultura. El hombre como segunda naturaleza. Lo que la educación quiere desarrollar es una capacidad o una disposición para que el hombre pueda vivir en un mundo siempre cambiante. Si la educación avala cierto tipo de desarrollo lo hace desde esta perspectiva de formar hacia lo distinto, hacia lo diverso, hacia lo general. Desarrollar nuevas formas de hacer, nuevas formas de interactuar. No es el desarrollo economicista, no es la educación como capacitadora para el progreso, es el desarrollo como ganancia y descubrimiento del propio hombre, de la propia cultura. Lo que se quiere es que el hombre, al educarse, a la par que se descubra, conquiste nuevas “formas de hablar”. El desarrollo que avala la educación no prescinde de la tradición ni se entrega a una revolución desaforada. Más bien es en ese interregno del diálogo, de la mediación, de los vasos comunicantes, en donde la educación ubica gran parte de sus responsabilidades.
En la medida en que el educador ya no es un ser de verdad sino de posibilidad (dado que él mismo es un proyecto), cada día se hará más importante que revise “las palabras que da y que recibe”. Dicho en otros términos, el maestro tendrá que estar dispuesto a hacer permanentes correcciones, continuos ajustes sobre su lenguaje, sobre su decir. Además, tendrá que estar atento a las distintas variaciones, a las diferentes traducciones que los educandos van elaborando sobre un mismo mensaje. Si de veras anhela entrar en diálogo con sus alumnos, el educador debe ser capaz de poder “escuchar” las diferentes interpretaciones. Es más: el maestro debe alcanzar un tacto, una sensibilidad para distinguir o separar lo bello de lo feo, la buena de la mala calidad de ciertas melodías particulares. Luego no es un papel de celestino mudo o cómplice fácil; tampoco se trata de destituir la corrección o el consejo. El maestro sigue teniendo algo que enseñar, pero –a diferencia de ciertos modelos de educación autoritarios–, también tiene mucho que aprender. Y aprende con el alumno. Es un proceso dual; un proyecto entre dos partes. Un acto de negociación, de diálogo. Con todos los malentendidos y todas las incomprensiones propias de un ejercicio de la palabra. Pero, por lo mismo, una tarea de mutuos descubrimientos, de progresivos intentos por la comprensión, de lucha por el sentido. El sentido que siempre es un intento de nombrar lo posible.
(De mi libro Oficio de maestro, Javegraf, Bogotá, 2000, p.p. 27-29).
Edisson Lombana dijo:
Texto base 1: “Sólo la imaginación nos permite ver las cosas con su verdadero aspecto, poner aquello que está demasiado cerca a una determinada distancia de tal forma que podamos verlo y comprenderlo sin parcialidad ni prejuicio, colmar el abismo que nos separa de aquello que está demasiado lejos y verlo como si nos fuera familiar”.
(Hanna Arendt, “Comprensión y política” en De la historia a la acción, Paidós, Barcelona, 1995, p. 45).
REPLICA: “No obstante la opinión del presente artículo refuta a la imaginación como canal de comprensión debido a su nivel de subjetividad aunque lo asemeja a un nivel más cercano esto permite una comprensión bastante significativa al punto de sesgar la interpretación verdadera”
AMPLIFICACIÓN: “A esto se añade que la imaginación no solo permite aclarar el contexto primordial sino a su vez contempla esa realidad imaginaria existente en cada ser corporea de ideales y de subjetividades permitiendo que la capacidad analítica se fortalezca en pro del análisis y síntesis neutral”.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Edisson, gracias por tu comentario. Revisa, en general, la coherencia entre tus ideas (“lo asemeja a un nivel más cercano esto permite…”) . Ajusta “el presente artículo”. Corrige el uso de ciertas palabras (“cada ser corpórea…”). Falta trabajar más los dos contrapuntos en concordancia con la línea argumental de la cita base.
arbey dijo:
hola profe una profesora mía me comentó sobre usted, y pues lo quería saludar y felicitar por ser tan gran persona.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Arbey, gracias por tu comentario.
Arbey dijo:
Profe mire que hoy ice la bandera de Colombia orgullosamente en el colegio, por destacarme en el área de humanidades y hoy por ser el día del idioma y una dedicación al gran maestro García marques.
Saludos.
Arbey dijo:
Profe y una pregunta usted ya leyó el libro “El hombre en busca de sentido” de viktor Frankl, sino lo ha leído se lo recomiendo.
Saludos.
Carlos Antonio Ramirez Agudelo dijo:
Profesor estoy de acuerdo con Usted en el sentido que la educación “Es un proyecto dual; es un proyecto entre dos partes”. Pues siempre se debe tener en cuenta nuestras prácticas anteriores pero también lo que el estudiante conoce, se debe tener en cuenta nuestra forma de enseñar pero también la forma que el estudiante aprende, esto potenciará los cambios que deberá tener el estudiante y el profesor de acuerdo con la dinámica de la propia vida.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Carlos Antonio, gracias por tu comentario.
Francia Lozano (Maestria en Docencia I semestre) dijo:
Amplificar
“Sólo la imaginación nos permite ver las cosas con su verdadero aspecto, poner aquello que está demasiado cerca a una determinada distancia de tal forma que podamos verlo y comprenderlo sin parcialidad ni prejuicio, colmar el abismo que nos separa de aquello que está demasiado lejos y verlo como si nos fuera familiar”. A sí mismo, el papel de la imaginación como puerta para confrontar nuestras ideas, ya que el pensamiento surge y solo la imaginación nos proporciona el discernimiento para precisar o no el plan en mente, puesto que nos posibilita investigar los obstáculos a superar y los resultados a obtener liberándonos del mundo de las ideas y encaminándonos a la realidad.
Analizar
“Sólo la imaginación nos permite ver las cosas con su verdadero aspecto, poner aquello que está demasiado cerca a una determinada distancia de tal forma que podamos verlo y comprenderlo sin parcialidad ni prejuicio, colmar el abismo que nos separa de aquello que está demasiado lejos y verlo como si nos fuera familiar”. Obsérvese como los productores, libretistas y autores de grandes obras literarias, estéticas y cinematográficas, utilizan su imaginación para concebir historias y otras veces para adaptar hechos reales, lo mágico de estos creadores es como nos trasladan a otros universos y realidades que habitaron en algún momento en su imaginación.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Francia, gracias por tu comentario. Fíjate en la línea argumental de la cita base para que tu amplificación armonice con dicho texto base. Esto vale también para tu segundo texto.