La dificultad de mis estudiantes de posgrado con la escritura de contrapuntos me ha hecho reflexionar una vez más sobre la manera en que, en la universidad, se enseña a dialogar críticamente con las fuentes de autoridad, con los autores que circulan abundantemente en las bibliografías de los cursos y seminarios.
En principio, considero que se confunde el acceso a la información con la apropiación y comprensión de la misma. Quizá porque la concepción de lectura que está en la mente de muchos educadores sea la de una habilidad de decodificación de textos. Tal idea de base convierte a nuestros estudiantes en entes pasivos receptores de mensajes que luego, en una clase o en un trabajo, dan cuenta de ellos. El resultado es evidente: la información está ahí para ser copiada pero no discutida; transcrita pero no contrastada; leída pero no comprendida. Y aunque a veces se pide dar una opinión frente a lo leído lo cierto es que poco se profundiza en esto de interactuar con la tradición consignada en textos y fuentes de consulta.
Otro problema es el poco interés o la falta de tiempo para corregir las producciones escritas de los estudiantes. Lo común es encontrar una calificación o alguna observación al final de los trabajos pero sin conocer en verdad dónde hay un error en la argumentación, dónde una incoherencia en algún planteamiento o dónde una flagrante incomprensión de lo leído. Es sabido que esto demanda un acompañamiento y una actitud paciente de los maestros para lograr que los aprendices descubran la filigrana propia de las ideas contenidas en los textos y desarrollen ciertas habilidades sin las cuales no hay genuino aprendizaje.
Precisamente, mi idea de trabajar el contrapunto es una estrategia encaminada a subsanar tal actitud pasiva ante la información. En primera instancia porque se ubica en una concepción de la lectura como intercambio de significados, como un diálogo permanente con los textos. Se trata, entonces, de tomar una actitud activa hacia las fuentes, de escucharlas con atención para descubrir cuáles son sus planteamientos, cuáles sus aportes y cuáles sus posibles fisuras. Y, en segunda medida, el contrapunto aboga para que esa lectura crítica se transforme en escritura, para que avance hacia esa zona de producción en la que se subraye lo particular, lo personal de un pensamiento.
Una segunda bondad de esta estrategia es la de tomar como campo de reflexión una cita, una idea desarrollada en tres o cuatro líneas, o como máximo en un párrafo. El espíritu del contrapunto, en este sentido, es más de ir en profundidad que abarcar grandes extensiones; más analítico que generalista. Al trabajar en microespacios textuales el contrapunto capacita al estudiante para apreciar mejor la forma como están organizadas las ideas, para aquilatar el peso o la valía de una palabra, para descubrir la tesis de fondo que un autor desea exponer o plantear. Dicho enfoque no sólo ayuda a ver la trasescena de un pensamiento ajeno sino que contribuye a aprender a organizar el escenario de las ideas propias.
Con esto en mente, y convencido de que la escritura se mejora con persistencia y usando el alambique de los borradores, he hecho una segunda invitación a mis estudiantes para que elaboren dos contrapuntos sobre un texto base. Confío en que este reto sea también una oportunidad para repensar y seguir afinando los procesos de pensamiento inherentes a la educación superior. Los textos base, en esta ocasión, son los siguientes:
Texto base 1: “Sólo la imaginación nos permite ver las cosas con su verdadero aspecto, poner aquello que está demasiado cerca a una determinada distancia de tal forma que podamos verlo y comprenderlo sin parcialidad ni prejuicio, colmar el abismo que nos separa de aquello que está demasiado lejos y verlo como si nos fuera familiar”.
(Hanna Arendt, “Comprensión y política” en De la historia a la acción, Paidós, Barcelona, 1995, p. 45).
Texto base 2: “La lectura que implica el texto en la forma electrónica es una lectura fragmentada, segmentada, una lectura que siempre puede extraer fragmentos y componerlos de manera efímera y singular en la pantalla gracias, en particular, al hipertexto y a los vínculos, y que contiene como consecuencia la dificultad de contextualizar este fragmento dentro de la totalidad a la cual pertenece”.
(Roger Chartier, “La historia como escritura, la escritura como historia” en Conversaciones, Carlos Alfieri, Katz, Buenos Aires, 2008, p. 198-199).
JOHAN ALEXANDER ROCHA VARGAS dijo:
POSIBLES TESIS:
• El arte contribuye a mejorar las habilidades comunicativas del niño
• El arte es un proceso de formación que debe estar inmerso en el currículo de las instituciones educativas.
ARGUMENTOS:
“En mi opinión, existen dos tipos principales de justificaciones para la enseñanza de arte. El primer tipo subraya las consecuencias instrumentales del arte en el trabajo y utiliza las necesidades concretas de los estudiantes o de la sociedad como base principal con la que transformar sus objetivos. A este tipo de justificación se la denomina justificación contextualista. El segundo tipo de justificación destaca el tipo de contribución a la experiencia y al conocimiento humanos que solo el arte puede ofrecer: acentúa lo que el arte tiene de propio y único. A este tipo de justificación se le denomina justificación esencialista”.
(Eisner w. Elliot.“¿Por qué enseñar arte?” en Educar la Visión Artística (1995). Paidós Educador, Barcelona, p 82).
“Lo que necesitamos y me referiré aquí solamente a la enseñanza del arte son nuevas concepciones de conducta artística, nuevas ideas de lo que podrían llegar a ser los currículos de la clase de arte. Los nuevos currículos deben ser significativos y relevantes para los alumnos para los alumnos desaventajados y, por extensión, para todos los alumnos. Las nuevas ideas deben apuntar a los valores y esperanzas de los jóvenes, provocando con tales emociones el esfuerzo y el crecimiento intelectuales. Esas nuevas ideas deben hacer que la clase de arte participe en el proceso de exploración de las relaciones sociales y en el desarrollo de modelos alternativos a una conducta humana que, a estas alturas, cambia y empeora muy rápidamente el entorno social.”
(Eisner w. Elliot.“¿Por qué enseñar arte?” en Educar la Visión Artística (1995). Paidós Educador, Barcelona,p 82)
fernandovasquezrodriguez dijo:
Johan Alexander, gracias por tu comentario.
LUZ MARINA GUERRA IBAGUÉ dijo:
Texto base 2: “La lectura que implica el texto en la forma electrónica es una lectura fragmentada, segmentada, una lectura que siempre puede extraer fragmentos y componerlos de manera efímera y singular en la pantalla gracias, en particular, al hipertexto y a los vínculos, y que contiene como consecuencia la dificultad de contextualizar este fragmento dentro de la totalidad a la cual pertenece”.
(Roger Chartier, “La historia como escritura, la escritura como historia” en Conversaciones, Carlos Alfieri, Katz, Buenos Aires, 2008, p. 198-199).
REPLICA: Estas afirmaciones no son del todo ciertas ya que el hecho de que carezca de linealidad no permite afirmar que este tipo de lectura sea fragmentada ni segmentada. Al contrario tiene la magia de seguirse por lugares diversos y a la vez insospechados. El lector descubre el camino, un camino propio que el azar y la casualidad le ayudan a descubrir.
LUZ MARINA GUERRA IBAGUÉ dijo:
Texto base 2: “La lectura que implica el texto en la forma electrónica es una lectura fragmentada, segmentada, una lectura que siempre puede extraer fragmentos y componerlos de manera efímera y singular en la pantalla gracias, en particular, al hipertexto y a los vínculos, y que contiene como consecuencia la dificultad de contextualizar este fragmento dentro de la totalidad a la cual pertenece”.
(Roger Chartier, “La historia como escritura, la escritura como historia” en Conversaciones, Carlos Alfieri, Katz, Buenos Aires, 2008, p. 198-199).
DISMUNUIR: Si bien es cierto que el autor cita algunas características del texto en forma electrónica y señala una dificultad de contextualización de sus partes debemos tener claro que está diseñado para un lector al que esas características le son irrelevantes, no las busca ni las requiere.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Luz Marina, gracias por tu comentario. Estás bien ubicada en el aspecto de la contextualización pero revisa la consistencia argumentativa de últimas líneas de tu contrapunto.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Luz Marina, gracias por tu comentario. Aunque el tono de tu contrapunto sí es el de réplica falta desarrollar mejor la argumentación.
Luz Esmeralda Bastidas dijo:
Texto base 1: “Sólo la imaginación nos permite ver las cosas con su verdadero aspecto, poner aquello que está demasiado cerca a una determinada distancia de tal forma que podamos verlo y comprenderlo sin parcialidad ni prejuicio, colmar el abismo que nos separa de aquello que está demasiado lejos y verlo como si nos fuera familiar”.
(Hanna Arendt, “Comprensión y política” en De la historia a la acción, Paidós, Barcelona, 1995, p. 45)
(Análisis) Se puede detallar que con la imaginación accedemos a un mundo lleno de posibiliddes, donde el divagar, alucinar y recrear transforma la realidad en el oasis perfecto. Los sinsabores y los desatinos no tienen cabida alguna. Es a la vez, el lugar ideal para dar rienda suelta al pensamiento,a las ideas, a la creatividad y a la sensatez entre: lo objetivo y lo subjetivo.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Luz Esmeralda, gracias por tu comentario. Ten presente la línea argumental del texto base. Arendt no habla de la imaginación en general sino de dos usos específicos de la misa. Revisa.