Ilustración de Mingote.

Ilustración de Antonio Mingote.

Ya he publicado varios textos en este blog sobre la escritura de ensayos. También he subido una conferencia en la que paso revista histórica a este género y perfilo una didáctica del mismo. De igual modo he señalado la importancia del ensayo para el desarrollo de las habilidades argumentativas y su valor estratégico para fortalecer el pensamiento crítico. No obstante, y para aclarar uno de los aspectos esenciales del ensayo, quisiera en esta ocasión mostrar cómo retomar un tema y convertirlo en tesis. Lo haré usando un ejemplo que es, a la vez, un nuevo reto que les he propuesto a mis estudiantes de posgrado de la Universidad de La Salle.

El tema que me servirá de eje es el de la relación entre el arte y la formación o entre las expresiones artísticas y su utilidad en los procesos educativos. Es un tema lo suficientemente amplio como para explorar en diversas tesis y ver caso a caso los matices de su construcción. Tengamos presente, entonces, el tema motivo de nuestro análisis:

EL TEMA: Las relaciones entre expresiones artísticas y formación.

Podemos ahora lanzar nuestra primera tesis, centrándonos en la importancia de las artes para el desarrollo de la sensibilidad. Aquí nos interesa subrayar el aspecto moral o interior de los sentidos, lo que atañe a los sentimientos. La formulación de la tesis (que debe ser clara, completa, presentarse de manera afirmativa y ser interesante para interpelar a un lector) quedaría así:

“Las expresiones artísticas pueden ayudar de manera considerable a desarrollar la sensibilidad de los estudiantes”.

Una segunda manera de responder al tema sería la de entender las expresiones artísticas como mediaciones, como vínculos complejos para que las nuevas generaciones entren en contacto con una cultura. Por supuesto aquí distinguimos los medios de las mediaciones y entendemos la cultura como un conjunto de objetos, prácticas, discursos e imaginarios. La formulación de la tesis sería la siguiente:

“Las expresiones artísticas son una mediación fundamental si se desea vincular a los estudiantes con la tradición de una cultura”.

La tercera forma de enfrentar el tema sería recalcando el aspecto de la formación integral, haciendo énfasis en que la formación de un ser humano no puede limitarse a la dimensión intelectual o a las habilidades técnicas. Digamos de paso que esa es precisamente una de las crisis de la educación de nuestra época, tan entregada a las demandas laborales y atendiendo sólo a las competencias señaladas por el mercado. La tesis la enunciaríamos así:

“Si se desea formar integralmente a los estudiantes no podrá faltar en los currículos el contacto con el arte y los espacios para las expresiones artísticas”.

Bien podríamos cambiar de mirador y considerar al arte –como en verdad lo es– un tipo de lenguaje que vas más allá de las diferencias étnicas o de credo religioso. Se trataría de construir una tesis en la que se subraye el aspecto comunicativo de las manifestaciones artísticas, independientemente del género o el mismo idioma. La redacción de la cuarta tesis, entonces, tendría esta forma:

“La formación en el arte es una manera de proveer a los estudiantes de un lenguaje universal mediante el cual puedan comunicarse con otros semejantes a pesar de la diferencias de raza, credo, sexo o idioma”.

Es sabido que en el arte las personas logran expresar sus cuitas, sus sueños, sus fantasmas y sus preocupaciones más íntimas; pero de igual modo, a la par que en el arte se expresa lo individual, también se logra entrar en sintonía con aquellos asuntos que son universales de todos los seres humanos. Esa es precisamente la grandeza del arte, la de decir lo universal afirmando lo particular. Con este razonamiento podemos delinear nuestra quinta tesis:

“Si un estudiante aprende a expresarse mediante un arte no sólo logrará afirmar su particularidad sino, además, participará de lo universal de la condición humana”.

Relacionado con el punto anterior, pero enmarcándonos en una zona más existencial, podemos considerar al arte como una buena cartilla para que los estudiantes entren en relación con los problemas esenciales de la condición humana. Las expresiones artísticas son una galería de las peripecias y los avatares por los que pasan los seres humanos. En consecuencia, la sexta tesis sería la siguiente:

“El contacto con las obras artísticas es una estrategia formativa para que los estudiantes conozcan y comprendan los problemas esenciales de la condición humana”.

Una séptima forma de abordar el tema consistiría en evidenciar en las expresiones artísticas las potencialidades de la creatividad y del juego. Las artes, lo sabemos, son expresión de genuina libertad y ejemplo de las infinitas manifestaciones de la imaginación. Así que, con esto en mente, podemos lanzarnos a redactar la tesis siguiente:

“La experiencia de practicar cualquier arte es un recurso de enseñanza para evidenciar el valor del juego y las potencialidades de la creatividad”.

Podríamos intentar una octava variación al tema que nos ocupa. En este caso nos interesa poner en alto aquellos aspectos formativos adicionales que experimentan las personas al practicar un arte. Me refiero a las repeticiones, los borradores, las prácticas, el ejercicio, las rutinas, la constancia, sin las cuales es imposible avanzar o conseguir una obra artística. Para no extendernos formulemos de una vez la tesis:

“Invitar a producir o practicar un arte es una estrategia formativa para que los estudiantes aprendan la paciencia, la persistencia y la disciplina”.

También es factible considerar al arte como un recurso pedagógico con el que desarrollemos en los más pequeños (aunque no sólo a ellos) los diferentes sentidos. La vista, el tacto, el oído nacen con nosotros, pero si no los estimulamos, si no les desplegamos el abanico de sus alcances poco será su campo de acción y poca la cualificación de nuestras percepciones. A diferencia de la primera tesis, acá nos enfocamos en el aspecto más exterior o perceptual de los sentidos. Esta sería nuestra novena tesis:

“La intencionada y planeada exposición de los niños a diferentes manifestaciones artísticas puede ser un excelente recurso pedagógico para empezar a desarrollar en ellos las potencialidades de sus sentidos”.

Podemos cerrar este repertorio de propuestas con una décima tesis. Nuestra reflexión partiría de considerar el acceso y práctica de diferentes artes como un recurso para que los más pequeños vayan descubriendo dónde están sus talentos, en cuál de esas manifestaciones artísticas resuena o se acopla mejor su espíritu. La tesis podría redactarse en estos términos:

“Cuando las instituciones educativas conciben y disponen espacios académicos para que los niños exploren en diferentes artes lo que logran, en verdad, es que los estudiantes vayan descubriendo intuitivamente sus propios talentos”.

Como se ha podido apreciar, esta gama de ejemplos reitera un principio de los ensayistas expertos: no se puede tener una buena tesis si previamente no se ha meditado concienzudamente el tema. Es decir, antes de cualquier cosa, lo primero es ver en el tema las posibles contradicciones, las relaciones subyacentes, las implicaciones o las aplicaciones prácticas. Eso es lo que he querido destacar: si se quiere tener una tesis de calidad para un ensayo hay que asediar reflexivamente y por un buen tiempo el tema objeto de nuestro interés.