Me gusta pensar que las fiestas navideñas son un bonito pretexto para agradecer. Un tiempo para recapitular, hacer memoria y no pasar por alto a las personas que contribuyeron o nos ayudaron con nuestros más queridos sueños. Esta debería ser una consigna fundamental para estos días de jolgorio y luces multicolores. Un propósito inaplazable.
El agradecimiento nace, en principio, de sabernos necesitados. No somos autosuficientes. Son otros los que pueden apoyarnos a conquistar lo que es apenas proyecto. El amigo, el familiar, el vecino, son cómplices de tareas o asuntos vitales para nuestra convivencia o nuestro plan vital. Entonces, el agradecer a esas personas su colaboración o su denodado cuidado se convierte en una obligación moral. Sólo los soberbios pueden ser tan desatendidos como para negarse a ofrecer unas palabras de sincera gratitud o algún detalle mínimo que simbolice un gesto de fecundo reconocimiento. El agradecer, por lo mismo, pone el acento en la humildad y en la antiquísima hermandad entre los seres humanos.
Desde luego, no se puede agradecer a otro si se cuenta con la desmemoria. Asunto fácil hoy cuando lo rápido y fugaz parece ser la moneda corriente. El que agradece no cae en la trampa de considerar el mundo como fruto del instante. Se sabe hijo de un pasado. Hay otros que nos precedieron o que sirvieron de soporte a nuestro ser o a nuestras ideas. La gratitud hacia tales individuos manifiesta una memoria vigorosa, una comunicación fluida con la tradición y una vigilante sospecha hacia las sociedades de lo desechable y del consumo pasajero. Las personas agradecidas celebran y dignifican el rememorar. Por eso creen en los rituales y la reverberación de los símbolos.
He hablado de reconocimiento. Eso también forma parte del sentido de la gratitud. Sacamos un tiempo para visitar al familiar porque deseamos reiterarle complacidos lo que él es; escribimos un mensaje o hacemos una llamada al amigo para rubricar cierta cualidad o determinada bondad que consideramos elogiosa de su carácter o su manera de ser; compramos un regalo para el colega o compañero de trabajo para exaltarle un valor o un talento del cual nos hemos beneficiado. Es como si al agradecer no pasáramos por alto o diéramos por hecho lo propio de otra persona. Por el contrario, la gratitud elogia, resalta una virtud, una característica, un rasgo que no debe pasar inadvertido. Los actos de agradecimiento pertenecen a una axiología de lo íntimo que aspiran a convertirse en un acto público.
El agradecer es, de igual modo, un rito de retribución. Un trueque entre espíritus. Los que saben agradecer sienten que en algo deben compensar o devolver lo que ha sido puesto entre sus manos, así haya sido de manera desinteresada. El agradecido no es un avaro. Anhela que los beneficios de su cosecha sean compartidos también por aquellos que sirvieron de avales o fiadores de su confianza. El que agradece hace efectiva en la tierra la “ley de la compensación”, propaga la magia de la “cadena de “favores”, cree devotamente en la sabiduría de la reciprocidad. Las personas gratas son las que se sienten felizmente impelidas a pagar las deudas del corazón.
A partir de lo expuesto en esta consideración, bien podemos preguntarnos ahora a cuántas personas deberíamos agradecerles y a cuántas más nos es urgente comunicarles una palabra, darles un obsequio, manifestarles una expresión de cariño. No posterguemos dicha misión. Hagamos de estas fiestas navideñas un tiempo para que en nuestros labios y en nuestras manos abunde el agradecimiento.
Cecilia Bustamante dijo:
Querido Maestro:
La gratitud es detenerse para tomar conciencia y valorar las cosas que solemos dar por sentadas, por ejemplo, tener un lugar donde vivir, comida, agua potable, amigos, familia e, incluso, acceso a la computadora. Es tomarse un momento para reflexionar lo afortunados que somos cuando algo bueno ocurre, ya sea importante o no tan trascendente.
Ser agradecidos, por ejemplo, porque: este año fuimos favorecidos y afortunados con los maestros que nos correspondieron para el desarrollo de los seminarios; porque hemos sido bendecidos y beneficiados con el Maestro director de la Maestría, puesto que, a través de sus enseñanzas, su ánimo, su denuedo, su coraje para enfrentar todo lo que se viene con una responsabilidad de esa dimensión, se aprende y nos da ejemplo; por la entereza de la tutora Luz Helena, su disponibilidad, su manera de hacer las observaciones sin que suene tan duro, pero se captan o se captan.
La gratitud nos ayuda a construir mejores relaciones. Cuando sentimos y expresamos gratitud y reconocimiento sinceros a nuestros allegados, esto genera lazos cariñosos y confianza, y ayuda a que se sientan más cerca. Me gusta hacerlo. Soy una convencida que, al igual que otras emociones positivas, sentirnos agradecidos habitualmente, tiene un impacto enorme en nuestras vidas. En el colegio este año hice algún ejercicio de esta clase y se siente una satisfacción enorme, con frecuencia lo hago, me gusta dar detalles y así mismo me siento bien recibiéndolos, pienso que deben ser parte del diario vivir.
Cuando nos sentimos agradecidos es imposible que nos sintamos amargados, atormentados, resentidos, rencorosos o que tengamos mal genio.
Es una linda época la Navidad, que sirve de pretexto para expresar esos sentimientos que se alimentan durante todo el año, es hora de darles el lugar que les corresponde a aquellas personas que nos sirven tanto, es tiempo de pagar con gratitud esos esfuerzos, dedicación y cariño. Gracias Maestro, por sus actos de bondad hacia nosotros, por permitirnos a través de sus reflexiones, expresar esos sentimientos que de no ser por estos espacios quedarían guardados, gracias por consentir expresarnos con libertad en todo momento…
fernandovasquezrodriguez dijo:
Cecilia, gracias por tu comentario.
Cecilia Bustamante dijo:
Del mismo modo, no puedo pasar por alto el agradecer al profesor Fidel por sus profundas enseñanzas en el campo investigativo, a mis compañeros de curso de la maestría. Que grupo tan lindo, especiales todos, cada uno con su carisma, su gracia, sus dones y talentos, sus bondades, con quienes he aprendido, disfrutado, he compartido momentos especiales; y a mis compañeras del proyecto de investigación ni se diga, agradecerles, por ser comprensivas, por tener claro aquello de la ayuda mutua, el compañerismo, el respaldo, la camaradería, la sinceridad, la lealtad y todo lo que necesitamos para llevar hasta el final nuestra meta “ ser investigadoras y llevar nuestro proyecto de investigación hasta el final” l mismo que, preparar una socialización en la que podamos saborear la satisfacción de la colaboración, del esfuerzo, de la complicidad, del conocimiento.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Cecilia, gracias por tu comentario.
noruanc dijo:
Agradecer es una forma de comprometer a alguien para que continúe beneficiando con sus bondades a otros. A partir de esto, porque no soñar que de allí surja un cimiento que forje las bases de construcción para otro tipo de humanización.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Noruan, gracias por tu comentario.
Johana A dijo:
Buenas noches
Que reflexión tan interna nos invita a tener, mil gracias por recordarnos que todos los días tenemos recibimos algo y que esas bendiciones son importantes y que agradecer engrandece a quien nos da.
Mil gracias
Johana
fernandovasquezrodriguez dijo:
Johana, gracias por tu comentario.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Katherine, gracias por tu comentario. Feliz navidad.
LUZ MARINA GUERRA dijo:
Gracias por esta hermosa invitación. Para empezar deseo agradecerle la oportunidad de ingresar a la maestría, de no ser así, nunca hubiera podido cursar una. Gracias doctor Fernando.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Luz Marina, gracias por tu comentario. Feliz navidad.
Katherine Rocha Vargas dijo:
Mi profe Fernando:
Todo el tiempo he tenido presente que ser una persona grata es importante. Además, pienso que manifestar y exteriorizar lo que muchas veces se siente y se piensa pero que pocas se dice lo es aún más . Hoy, luego de leer su entrada en el blog pienso que he sido muy afortunada, Dios y la vida me han premiado en el 2014 al rodearme de personas maravillosas, personas como usted y el grupo de maestros de la Universidad de la Salle con quienes día a día me siento muy agradecida.
Para terminar, además de un fuerte abrazo de agradecimiento a tan maravilloso equipo les deseo muchos éxitos en el 2015 y que la vida les retribuya cada uno de los esfuerzos que hacen diriamente. De corazón gracias y bendiciones