Después de tantos años dedicado, con pasión y disciplina, a estudiar y tratar de formar a otros en las particularidades de la escritura, me ha parecido bien reunir en esta nueva obra una parte de esa cosecha, con el fin de compartir mis reflexiones y logros comprensivos sobre este invento extraordinario y, además, señalar pistas de enseñanza relacionadas con diversas tipologías textuales. Así que, no solo mostraré aspectos y cualidades de la escritura, sino expondré algunos de sus modos y técnicas para construirla.
El libro tiene una columna vertebral que es, al mismo tiempo, una convicción validada con el ejercicio diario de luchar con las palabras: la escritura es uno de esos saberes que no pueden dejarse de lado en cualquier nivel educativo, ni suponerse como una “habilidad” que se desarrolla de manera natural. Es una actividad superior del pensamiento que merece conocerse, investigarse y hallar la mejor manera de ponerla en las manos de todas las personas. Eso supone superar el reduccionismo de la escritura a las meras técnicas de redacción y, por el contrario, verla más como el desarrollo de habilidades cognitivas mediante las cuales podemos expresar lo que sentimos, entrar en relación con los demás, registrar lo que nos acontece, construir mundos posibles y legar el saber o las conquistas intelectuales de una cultura. Aquí vale la pena repetirlo: escribir es proveer a nuestra mente de una herramienta capaz de posibilitarnos el autoexamen, la comunicación y la producción de conocimiento.
Varios de los textos de la primera parte bordean dimensiones de la escritura o profundizan en determinadas cualidades. Exploro en el proceso de escribir, que empieza en la producción y organización de las ideas, continúa en la estructura textual, hasta llegar a la configuración de un lector; me detengo en el goce de escribir, pero, de igual modo, en la importancia de la corrección de la escritura; hablo del valor del hábito y de ciertas dificultades cuando se empieza a lidiar con estos signos que no siempre obedecen a nuestros deseos. Saco provecho de mi propia experiencia para discurrir sobre aspectos esenciales de la puntuación y de eso que llamamos “estilo”. Pongo especial cuidado en las ganancias de la escritura cuando se trata del autoconocimiento y en lo que aporta para los procesos de humanización. De igual manera, extraigo conclusiones didácticas, pistas para el aula, siempre bajo la consigna de que los maestros y maestras deberían animarse a poner por escrito su quehacer, como una forma de reflexionar su práctica y un medio de enaltecer la profesión docente.
El segundo grupo de escritos están referidos a formas concretas de la escritura. Allí están ejemplos de la gama de la descripción, como la etopeya o la écfrasis; algunos ensayos centrados en la escritura de aforismos y fábulas, y otros que se ocupan de las particularidades de la ponencia, la relatoría, la crónica, la reseña, el blog o el informe. A veces paso revista, con la finalidad de ver sus potencialidades, a tipologías como la carta o el diario, o subrayo líneas de interés de escritos con larga trayectoria literaria como el cuento o la novela. Presto especial atención a la alegoría y a la analogía, que son modos privilegiados del pensamiento relacional, tan útiles para la escritura poética al igual que para aprender a hacer más plásticas nuestras ideas. Me interesa en todas esas formas de la escritura, además de indagar en su ser y utilidad, mostrar cómo pueden convertirse en dispositivos de enseñanza o, por lo menos, en servir de motivación para el aula de clase.
Salta a la vista que esta es una obra con múltiples tonalidades y diversos frentes de enunciación: por momentos asumo el acento testimonial, en varios casos hecho mano de resultados de investigaciones y, en otros ensayos, que son la mayoría, me apoyo en las vicisitudes de mi propia producción escrita. Lo que presento aquí ha sido validado, contrastado y enriquecido por el trasegar del aula o forjado con el fuego de una pasión que asumo como una opción de vida. En esta perspectiva, este libro puede entenderse como un conjunto de evidencias de una larga búsqueda alrededor de la escritura y de la comprensión de varios de sus enigmas. Por eso son amplias las rutas de acceso a él y por eso, también, estas páginas pueden leerse como un abanico de rasgos y modos de la escritura para quien esté interesado en ella como afición personal o busque caminos de mediación formativa para enseñarla a otros.
Concluyo esta presentación del libro exaltando dos potencias que la escritura convoca y reaviva: la del pensamiento, porque al escribir podemos ver la entretela de nuestra cognición y, de esta manera, pensar mejor; porque al escribir ponemos afuera nuestras ideas, y nos queda más fácil afinarlas, corregirlas o cultivarlas. Y exalto de igual modo a la imaginación, porque al escribir podemos traspasar las fronteras de lo dado para explorar creativamente en otros universos; porque la escritura nos permite descifrar el pasado, pero a la vez nos da claves para prefigurar los paisajes de los tiempos venideros.
John Jairo Castañeda Aldana dijo:
Un cálido saludo profesor, primero felicitarle por el esfuerzo y dedicación que ha emprendido con la escritura a lo largo de su vida, sobre todo por compartir esa experiencia y reflexión muy pertinente para nosotros como docentes de nuestra lengua materna, segundo me gustaria saber en dónde podría adquirir este texto. Muchas gracias.
Fernando Vásquez Rodríguez dijo:
John Jairo, gracias por tu comentario y tus felicitaciones. Puedes adquirir el libro, en este momento, en la Librería Lerner o en la librería de la U.
ctobonc dijo:
Aguardaremos ese libro que, sin duda, también será de mucho provecho en las bibliotecas… Enhorabuena, maese Fernando.
Fernando Vásquez Rodríguez dijo:
Monicionista, gracias por tu comentario y tus buenos deseos.
profejesusolivo dijo:
Reconocimiento en un nuevo año
Querido y siempre grato maestro Vásquez.
Esos veinte y tantos nobles hijos del pensamiento, compañeros de viaje que son todas las producciones escriturales de variopinto recorrido intelectual donde se cruzan, se imbrican, se vuelven parte de la piel, ahora más que nunca, pertenecen y serán inmortales porque pertenecen a los lectores: presentes y futuros, que se aproximan a rumiar cada una de las líneas. Son libros que ayudan a ver con nuevos ojos, nuevas perspectivas; la vida, la educación y el paso del trasegar cotidiano. Ayudaran, de eso estoy seguro, a valorar con más complejidad la existencia, a comprender de forma más sensible al otro y lo otro, a perdurar para siempre en el horizonte de los pequeños cambios, sistemáticamente, que necesita la formación de los ciudadanos. Sin duda yo seguiré releyendo una y otra vez las líneas inmortales que están plasmadas y extraídas de lo más profundo de su ser, están escritas con el fluir de la sangre, muchas horas de lecturas y escritura acumulada. Entonces, afirmo con certeza como señalaba Nietzsche “De todo lo escrito yo amo sólo aquello que alguien escribe con su sangre”, porque es una verdadera escritura, que aporta a la transformación del que lee.
Quiero hoy dar gracias a la magnífica intermediación de lo expuesto en cada una de esas líneas, de la abundante bibliografía que subyace a las producciones y que, de mil maneras, han brindado un innegable bagaje cultural que ha transformado mi vida como ser humano y como intelectual. No dejo en ningún momento de seguir la aventura del poder que tiene la relectura, a la que tanto incita por la potestad de transformación en el que lo hace. Verbigracia, vuelvo una y otra vez a ese que fue mi primer ejemplar, aún sin conocer al autor personalmente, “pregúntele al ensayista”, libro que me encontró en el 2007 en la feria del libro de Bogotá. Luego, desde 2015 en adelante, ya con la certeza de ir cultivando una bella amistad que ha perdurado en el respeto y el reconocimiento: como maestro, primeramente y, como amigo luego. En cada una de las producciones ha dado a las palabras esa música y ese prodigioso lugar de distinción cuyo fin último: causar una metamorfosis trascendente en el que lee.
Maestro Vásquez, extiendo un abrazo de gratitud por todos los grandes aportes que has hecho como intelectual y como ser humano. Hoy son explícitos, se hacen evidentes en el legado, esa larga producción intelectual acumulada en libros y conferencias. Se puede decir que son los hijos que ha dado a la sociedad para que ésta, con el paso de los días, vaya adquiriendo otra piel, otras maneras de ser y de estar.
Fernando Vásquez Rodríguez dijo:
Apreciado Jesús Olivo, gracias por tu comentario. Tus palabras me comprometen aún más con mi producción escrita y con el propósito de contribuir en algo a construir una sociedad más incluyente, unas generaciones más críticas y a no claudicar en nuestra inacabable tarea de seguir formándonos integralmente.
Germán D. Castro C. dijo:
Maestro:
Felicitaciones por este nuevo producto escritural, fruto de tantos años- como ud dice- de reflexiones y de práctica sobre esta pasión irrefrenable y por trasmitir los secretos de esta pasión. Igualmente, por mantener en el blog semanal todas las búsquedas intelectuales y artísticas que ha perfilado con los años.
Fernando Vásquez Rodríguez dijo:
Estimado Germán, gracias por tu comentario. Sé que esta pasión es un gusto compartido.
gesconpp dijo:
Felicidades, Fernando! Seguro que es un libro extraordinario.
Fernando Vásquez Rodríguez dijo:
Gesconpp, gracias por tu comentario.
LUIS CARLOS VILLAMIL JIMÉNEZ dijo:
Fernando:
Felicitaciones por el nuevo libro, será de especial utilidad en las aulas universitarias.
Un abrazo,
Fernando Vásquez Rodríguez dijo:
Estimado Luis Carlos, gracias por tu comentario. Confío en que así sea.
Jesús Olivo Flórez Suárez dijo:
Buen día, maestro. Que excelente noticia para empezar el año. Un nuevo hijo escritural que da luz y vida al mundo de los lectores. Una nueva gema para quienes estamos en el camino de la educación. Felicitaciones maestro por esta apertura de año. Un abrazo fraterno.
Fernando Vásquez Rodríguez dijo:
Estimado Jesús Olivo, gracias por tu comentario. Otro abrazo de inicio de año.
Óscar Pérez dijo:
Excelente
Fernando Vásquez Rodríguez dijo:
Oscar, gracias por tu comentario.