Noche de Paz (Silent Night)-Brahms Lullaby
Soy uno de los que disfrutan el tiempo de navidad. Para mí esta época se asocia a la celebración del vínculo familiar, a la refrendación de lo fraterno y a una especial disposición para la alegría, la gratitud y la propensión por lo maravilloso.
Tal vez mi afecto por estas fiestas provenga de mis recuerdos de infancia, o de no haber perdido esa dimensión del niño que se esperanza en el regalo, o quizás, nazca de haber visto durante muchos años –aún en las épocas económicas más difíciles– la mesa abundante, el árbol de navidad lleno de bolas resplandecientes y una romería de familiares entrando y saliendo de nuestra casa. Aunque también es posible que mi gusto por estos días corresponda a cierta sensibilidad de mi espíritu al considerar significativo un tiempo para el agradecimiento.
Es indiscutible: la época de navidad refrenda la importancia del núcleo familiar. El pesebre mismo es un símbolo de la familia reunida. Y si a lo largo del año hemos dejado abandonados a nuestros familiares, en estos días es una “obligación” estar con ellos, conversar, dedicarles tiempo. Nuestra familia es lo más importante, lo que ocupa nuestros pensamientos al igual que la energía de nuestros corazones. Es en este sentido que los regalos y las comidas hallan su justa valía: están allí como un pretexto de reunión, son una especie de invocación recubierta con cintas de colores y papeles de motivos festivos. Estar en familia, por lo tanto, es el verdadero motivo de la cena de fin de año o las fiestas decembrinas.
He mencionado los regalos, esa moneda de cambio afectivo en estas fechas. El regalo es un talismán o una manera de hacer visible afectos y sentimientos. El regalo es una bella forma de despertar en el otro la sorpresa, lo inesperado, la sonrisa o la felicidad. El regalo, que más allá de las demandas masificantes de la sociedad de consumo, pone al ser humano en la tarea de volver importante a otro ser humano para tratar de adivinarlo y prodigarle una muestra de cariño. Un cariño especial. Un cariño empaquetado según una particularidad o un carácter. Por supuesto, no hablo de los regalos comprados masivamente, de los regalos sin rostro. Pienso más bien en ese detalle –humilde, sencillo– pensado y buscado según una historia particular. En esta perspectiva, el regalo es una extensión del donante, un mensaje que también contiene al mensajero. Por todo ello, estos días son propicios para dar, para darse.
Aquí vale la pena ahondar en esto de aprender a dar. Cada vez más hemos ido perdiendo esta virtud. Ni somos agradecidos ni consideramos importante en nuestras vidas compartir lo que tenemos con otros. Nos hemos vuelto avaros, cicateros, ruines. El poderoso no quiere perder ni un centavo de sus ganancias, ni el hermano considera necesario compartir su pan. Y si damos algo es porque calculadamente esperamos recibir; o para –como sucede en la esfera política– “sobornar” o comprometer a otra persona. Es que dar es más difícil que recibir; comporta otras cualidades o cierto temple de nuestro espíritu para el desprendimiento. Dar presupone una mente y un corazón abiertos, una alma capacitada para sobrepasar las barreras del egoísmo. O si se ve de otra manera, dar es lo propio de las personas atentas a las necesidades ajenas; o que, sin reproches, pueden leer la fragilidad de los seres humanos.
Se me ocurre que las navidades son de igual modo un tiempo para perdonar o dejar de lado asuntos marginales y reconciliarnos con nuestros vecinos o nuestros compañeros de trabajo. La navidad, con sus campanas y su algarabía de ángeles, nos advierte de que no vale la pena seguir con ese lastre en nuestro pecho. Más bien, es una invitación a abrir los brazos y dejar que entre el peregrino, a mantener servido un puesto de más en nuestra mesa. Por eso es tan importante la consigna de estos tiempos: “Noche de paz…”, eso anuncian los tamborileros y esa parece ser la buena nueva que se oye por doquier. Al menos por unos días los seres humanos recuperamos el sentido profundo de nuestra imperfección pero sin que por ello tengamos que denigrar o excluir al diferente. Y es que el perdón restaura la confianza, renueva la posibilidad de sabernos partícipes de una comunidad.
Bella época ésta, la de navidad. Oportuno tiempo para que nuestro niño interior, el niño dispuesto para el milagro y la maravilla, ande a su gusto por nuestra casa. Navidad: una época para celebrar cotidianamente la esperanza.
Edwin Rodríguez dijo:
Maestro, siempre retomar la lectura de sus textos siempre trae expectativas por lo que pueda aprender, disfrutar o las invitaciones que muchos de sus textos contienen. Hoy, no esperaba leer nada de navidad, creo que por el ajetreo en esta época del año uno le pierde el rastro a ese momento familiar. Sin embargo, es muy significativo ver los sentimientos y experiencias del maestro narrados en un ensayo. Párese ser que la vida, hecha existencia, y la sensación caben en cualquier tipo de texto. Este es mi primer aprendizaje el día de hoy.
Por otro lado, tal como usted lo resalta el pretexto cumple su objetivo en el compartir, en el estar y en el dar. En ese sentido, Maestro, este comentario es un pretexto para agradecerle por su ayuda y su aliento para continuar en el camino de la escritura. De igual manera, para compartirle que ahora me he casado y seré papá. El texto me ha llevado a la reflexión sobre mi próxima navidad.
Gracias, maestro.
Fernando Vásquez Rodríguez dijo:
Edwin, gracias por tu comentario.
Cesar Augusto Guerrero Mateus dijo:
Saludos profesor: Siempre increible en su escritura y en esta evocación de la navidad que bellas lineas que me recuerdan todo lo que representa la familia el pesebre y nuestros padres hermanos tios abuelos todo lo que nos formo para llegar hasta aqui en la vida. Hasta Febrero lo leo pero igual el sentimiento sigue estando en el corazón feliz navidad siempre feliz navidad siempre
fernandovasquezrodriguez dijo:
César Augusto, gracias por tu comentario. Hay dos navidades: la que fija el calendario, y esa otra que, como tú dices, “sigue estando en el corazón”.
Marleny dijo:
OH bella Navidad, villancicos, buñuelos, natilla, los aguinaldos. De pequeña era pastorcita y cantaba en la novena, cuando crecí represente a la virgen Maria visitando en cada esquina del pueblo, un establo para la posada, como no daban hospedaje llegábamos al pesebre de la iglesia, y a media noche del 24 de diciembre del campanario bajaba hasta el altar una cunita con el niño Dios adentro mientras los ángeles disfrazados entonaban el gloria, las campanas sonaban.Todo era hermosos, fantasioso, aunque todavía la disfruto, haciendo novenas en familia, donde nos olvidamos de todo, perdonamos, abrazamos, reímos en fin todo es felicidad. Navidad es época para agradecer al Todopoderoso y a los semejantes todo lo recibido. Gracias por darme la oportunidad de escribir y expresarme. FELIZ NAVIDAD 2012 Y UN AÑO NUEVO 2013 LLENO DE BENDICIONES, SALUD, PAZ, FELICIDAD Y MUCHO AMOR, con sus seres queridos.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Marleny, gracias por tu comentario. Celebro que compartas el mismo espíritu de estas fiestas. Qué bueno que este espacio sea un lugar en el que tus recuerdos se aunen con los mios. Feliz navidad para ti y tu familia.
ELVIA OMAIRA GÓMEZ RAMÍREZ dijo:
¡GRACIAS MAESTRO!
A través de este hermoso texto y esa bella melodía evoco a mi MADRE, quien desde mi más tierna infancia me hizo disfrutar, gozar y vivir la NAVIDAD.
Hoy no está físicamente, porque partió al encuentro con Dios, pero sigue viva en cada detalle: en el pesebre donde, en mi imaginación de niña, hizo que las imágenes tuvieran vida, en ese regalo pensado con amor, en la mesa preparada con un toque especial, en el valor y la importancia que siempre le dio al núcleo familiar. ROSA ELVIA RAMÍREZ DE GÓMEZ Una madre llena de amor, de amor incondicional.
FELIZ NAVIDAD Y LOS MEJORES DESEOS PARA TI, PARA DOÑA CATALINA, PARA MARGARITA Y PARA TODOS LOS TUYOS EN EL 2013.
GRACIAS DE TODO CORAZÓN
fernandovasquezrodriguez dijo:
Omaira, gracias por tu comentario. Qué bueno que mis palabras hayan podido ponerte en contacto con la evocación de tu madre. Un abrazo bien fuerte con el calor fraterno de las navidades.
ELVIA OMAIRA GÓMEZ RAMÍREZ dijo:
CARLOS ROJAS
Es una página muy amena y de gran pensamiento navideño.
Un saludo muy efusivo por el contenido.
GRACIAS
fernandovasquezrodriguez dijo:
Omaira, gracias por tu comentario. Lo mejor de la navidad es que gratuitamente hacemos nuevos amigos.
Ariadna dijo:
No solo he disfrutado de los textos maravillosos de este mes de diciembre sino, especialmente, de la delicia de la música tan propicia, qué mejor intertexto para enmarcar o profundizar el acto lector… como no sentir placer en este momento? Y cómo no agradecer esa sensación plena del poder acercarse al alma del escritor a través de las palabras y las notas hermosas que parecen inspirarle e inspirarnos?
Gracias por este ejercicio dedicado, gracias por los dibujos y la cesión que haces de tus sentidos a los nuestros, gracias por la magnífica oportunidad de conocer tu alma y tu ser a través de esta bitácora tan enriquecedora!
Que estas fiestas de Navidad y Ano nuevo sean especiales para tu familia, para ti, para tu labor! Con una gratitud inmensa, desbordante…tan generosa como tu alma!
Felicidades!
Ariadna
fernandovasquezrodriguez dijo:
Ariadna, gracias por tu comentario. Más grande es tu generosidad al leerme, y al hacer resonancia a mis palabras. Que el espíritu navideño anide en tu espíritu y que de igual modo esté presente en tu familia.
Rodolfo Alberto López D dijo:
Cierto, navidad es el tiempo de la dádiva, del abrazo… pero en esencia es el momento más propicio para decir GRACIAS… Gracias a quien ha creído y confiado en nosotros, gracias a quien nos ha dado la mano, el abrazo y el aliento…Gracias a quien se ha despojado de lo propio para entregarlo sin más…Navidad es el tiempo para la cosecha de los afectos… Y por eso hoy quiero decirte, nuevamente y desde el fondo de mi corazón, GRACIAS HERMANO por tanto y tanto que me has dado… y sabes a qué me refiero…Que la vida siempre te tenga la mesa servida y ojala algún día pueda retornar tanto afecto y apoyo.
Rodolfo.
fernandovasquezrodriguez dijo:
Rodolfo, gracias por tu comentario. Espero que en este mes dispongamos de un tiempo para, en familia, compartir el ritual de acción de gracias. Agradecer, porque a pesar de las dificultades sigue brillando la esperanza de la estrella de Belén…