Aristoteles argumento de autoridad

Aristóteles: un argumento de autoridad vital para Occidente.

Los llamados argumentos de autoridad son, sin lugar a dudas, unos de los más utilizados por los ensayistas. Pero así como son de importantes y necesarios para una buena argumentación, de igual modo deben cumplir con una serie de requisitos, dignos de una explicación.

Uno de esos requisitos de los argumentos de autoridad, que parece el más obvio, es el de ser pertinentes con la tesis del ensayo. El autor o la cita de autor traída a colación deber emplearse para reforzar o avalar la tesis objeto de nuestro ensayo. De nada sirve mencionar a un destacado filósofo o a algún intelectual de larga trayectoria académica si lo que hemos elegido de él no está en sintonía con nuestro planteamiento. En consecuencia, lo que hace que el argumento de autoridad sea pertinente no es la figura convocada, sino su directa relación con la tesis.

Otra condición de los argumentos de autoridad es la manera como encajan o se articulan con la tesis. El error más frecuente de los ensayistas novatos es el de insertar la cita de autoridad pero sin establecer un vínculo con la tesis. Es lo que se conoce como escritura “colcha de retazos”. Para remediar este problema es recomendable apropiar la cita, darle carta de ciudadanía en nuestra línea argumentativa. Las citas, en este sentido, no deben quedar como islas en un párrafo. A veces, esa apropiación se hace antes de incluirlas y, en otros casos, después de presentarlas. Sea como fuere, los argumentos de autoridad necesitan estar incorporados, asimilados o fusionados dentro del texto.

Precisamente, los conectores lógicos son de gran ayuda para hacer este zurcido de los argumentos de autoridad con la tesis de nuestro ensayo. Los conectores son, por decirlo así, los hilos que tejen las ideas, el amarre necesario para que las citas vayan componiendo la trama argumentativa. Es esta habilidad para coser las citas con el resto del texto lo que distingue a los buenos ensayistas de los más bisoños en el arte de argumentar.

Un requisito complementario de los argumentos de autoridad tiene que ver con la cantidad de información seleccionada. No puede caerse en el error común de hacer tan larga la cita que termine ahogando las propias ideas del ensayista. Y cuando sea estrictamente necesario incluir un argumento de autoridad in extenso, podemos parcelarlo o irlo incluyendo en nuestro discurso por partes, siempre dialogando con él, cuidándonos de que no se pierda la tesis por un exceso de fulguración de las citas anexadas. Esta particularidad de los argumentos de autoridad obliga al ensayista a seleccionar muy bien las citas más significativas, las sustanciales para su estrategia argumentativa. Lo efectivo de la cita, además de su pertinencia, depende de saber administrar bien la dosis dentro del ensayo. El excesivo y continuo uso de citas puede terminar siendo más un defecto que una cualidad; más un lastre que un óptimo recurso de soporte y aval para el propio pensamiento.

En este punto cabría señalar el rol de las notas a pie de página cuando es estrictamente necesario agregar una información adicional para enriquecer nuestra argumentación.  Las notas a pie de página son el lugar apropiado para incluir esas citas que por su valor estratégico para nuestra fundamentación merecen tener una voz en nuestro ensayo. No obstante, para evitar la pesadez de información o mantener un balance entre lo dicho por el ensayista y lo manifestado por sus fiadores intelectuales, se ponen estos argumentos de autoridad en otro sitio, permitiendo así que el fluir  de la argumentación mantenga la claridad y no se pierda de vista la columna vertebral de la tesis. Es posible también usar las notas a pie de página como una reserva de argumentos de autoridad. En este caso, aunque están puestos en un espacio aparte, su verdadera utilidad es la de servir como una segunda línea de refuerzo de nuestro planteamiento. Son, para expresarlo de otra forma, un contrafuerte de ideas ajenas, un medio de intensificar o robustecer la apuesta que venimos desarrollando en el ensayo.

Por lo dicho hasta aquí, es evidente que los argumentos de autoridad son una valiosa ayuda para el ensayista. Sin embargo, encontrar esas citas o esos fragmentos de textos de voces pertinentes y acordes con nuestra tesis no es una tarea inmediata o realizable de cualquier manera. Hay que buscar esas citas, investigar, leer con atención; seleccionar, sopesar y encontrar el tono adecuado para que ofrezcan la mayor garantía argumentativa. Tener presente los requisitos arriba explicados puede ser un conjunto de consejos para los noveles ensayistas y una provechosa manera de potenciar los textos argumentativos.